Skip to main content

Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

¿ES MEXICO UN PAIS XENOFOBICO Y RACISTA?

II parte

VERDADES Y MENTIRAS EN EL GRAVE PROBLEMA DE LA MIGRACION

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace una semana iniciamos estas reflexiones con respecto a la pregunta de si nuestro país, si los mexicanos somos xenofóbicos y racistas; y lo hicimos en base a la caravana que hace apenas algunas semanas toco las puertas de nuestra frontera sur y violento – no hay otra forma de decirlo – a quienes custodian esa frontera que son los miembros de la Guardia Nacional, quienes a su vez actuaron en forma violenta para detener a aquellos que pretendían ingresar a nuestro territorio en forma ilegal.

Estas medidas orquestadas por el Gobierno Federal, levantaron ámpula en aquellos opositores a ultranza de López Obrador, pero también en aquellos defensores del libre tránsito de migrantes por el territorio nacional de acuerdo a las leyes firmadas a nivel internacional por nuestro país. Que acusaron a las autoridade federales de infligir la ley, como fue el caso de Porfirio Muñoz Ledo a quien no dejaron sus propios compañeros de MORENA, subir a tribuna y exigir por parte de quien encabeza los derechos humanos en el país, a actuar, cosa que dicho sea de paso tendría que haber hecho por oficio y no esperar a que se lo exigieran terceras personas.

Al mismo tiempo comentamos el discurso del cabildo de Tapachula Chiapas en voz de una de sus regidoras protestar enérgicamente por la fragilidad de las autoridades federales a quien se exigía más firmeza en el tratamiento a los centroamericanos que intentan ingresar a nuestro país legal pero sobre todo ilegalmente y el costo que ello representa sobre todo para las comunidades del sur que se encuentran en la zona fronteriza con Guatemala.

Y ante esto la pregunta que la mayoría de los mexicanos nos hacemos es la de quien tiene la verdad, y tendríamos que reconocer que quienes ostentan estas posturas extremas la una ante la otra, ambas partes tienen una parte de verdad por mas opuestos que sean, esto tenemos que reconocerlo.

Bien valdría la pena ordenar esta circunstancia en los siguientes puntos, algunos ya comentados en nuestro articulo previo y otros analizados por primera vez, para que quienes estas líneas lean puedan analizar el tema de la migración y dar una opinión personal al respecto.

a) La política inicial anunciada por AMLO fue de puertas abiertas a la migración, así como también de la necesidad de impulsar políticas económicas para apoyar el desarrollo de Centroamérica y de esa manera disminuir el flujo de quienes se salen de sus países por falta de oportunidades.
b) La realidad, pero sobre todo la presión de los Estados Unidos - lugar de destino de la migración - provoco un cambio radical en la política que recién había anunciado nuestro presidente, pero sobre todo tenemos que entender que fue empujado por las amenazas de subir los aranceles de 5 en 5% hasta llegar a un 25 % lo que causaría un daño enorme a la economía de por si maltrecha de la 4T por el cambio de régimen iniciado hace apenas un poco más de un año. ¿La pregunta que todos tendríamos que hacernos es de si tenía o si tiene López Obrador alguna alternativa para actuar diferente?
c) Bajo esta presión el gobierno federal decide enviar casi a la mitad de las fuerzas de la nueva Guardia Nacional – que tendría que dedicarse a combatir al crimen y la violencia – a detener la amenaza migrante porque de otra manera seria fácilmente rebasada si solo se mantienen los elementos de Migración total y absolutamente insuficientes para detener la ola migrante. Y de nuevo la pregunta ¿Lejos de las buenas intenciones, teniamos alternativas reales?
d) Las caravanas que se dieron al inicio del 2019 y que actualmente amenazan por volver, no son solamente provocadas por la necesidad de migrar de aquellos que no tienen medios de sobrevivir por la pobreza de sus lugares de origen o por que son amenazados por la violencia de su entorno, TENEMOS QUE ACEPTAR que existen otros factores que los impulsan y ahí los dos promotores en la formación de las caravanas son por un lado el CRIMEN ORGANIZADO que promete que serán recibidos casi con los brazos abiertos por las autoridades norteamericanas, y que el sueño americano se encuentra a la vuelta de la esquina – cosa que es a todas luces una gran mentira – y claro por trasladar o apoyar la movilización de dichas caravanas exigen pagos por arriba de los 10 mil dólares por persona. Y estos polleros parte de las fuerzas de los carteles mexicanos y centroamericanos también les aseguran que el llevar a menores de edad - acompañados o no - hace prácticamente imposible que sean deportados, es decir regresados a sus lugares de origen, lo cual también es una gran mentira.
e) Tampoco debemos olvidar que existe una campaña en los Estados Unidos para la reelección de Trump, en un proceso que se cerrara en noviembre pero que durara prácticamente todo el año. Hay antecedentes claros que la presencia de las caravanas y la AMENAZA DE SER INVADIDOS provoca en el pueblo norteamericano - principalmente en los electores - la necesidad de apoyar a quien se ha visto más enérgico para detenerlas, porque no nos olvidemos que la búsqueda de enemigos externos es el origen de la unidad interna. A Tump le conviene que sus compatriotas sientan amenazada su integridad nacional por parte de la migración, y si de paso se puede estigmatizar a MEXICO como el responsable de no detener el flujo migratorio, que mejor.
f) No nos olvidemos que la migración se detendría fácilmente si los centroamericanos estuvieran informados claramente de la enorme dificultad que implica recibir asilo dentro del imperio, que las cifras nos dicen que solamente lo logran menos del 1% de aquellos que logran llegar a la frontera norte y que son aceptados no de migrar sino de iniciar un juicio, donde la enorme mayoría serán rechazados. Eso no se los dicen quienes los motivan a caminar sin importar los enormes riezgos de cruzar el territorio nacional que no estoy muy seguro que sea más seguro – valga la redundancia – que los territorios de Centroamérica.
g) Tenemos que reconocer claramente que como en el caso del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, nosotros somos quienes pagamos los platos rotos porque si no hubiera demanda no habría oferta y claro no habría la necesidad de traficar las drogas hacia los Estados Unidos. Esto en gran medida provoca la enorme violencia en la que estamos inmersos, y con ello una violencia que se ha vuelto una guerra donde actualmente hay cerca de 35 mil homicidios por año. La pregunta que tendríamos que hacernos ¿ES NUESTRA CULPA? ¡CLARO QUE NO! ¿EXISTE SOLUCION AL PROBLEMA? La respuesta a esta pregunta también tendría que ser negativa, por que por más que hagan nuestras autoridades, por más que implementen estrategias por más que aumenten el número de elementos de la Guardia Nacional, hagan lo que hagan mientras exista demanda de drogas en EU habrá oferta y tráfico y habrá violencia.
h) En cuanto a la migración las cosas no son diferentes, nuestros vecinos del norte podrían frenarla si quisieran es cosa de modificar sus leyes migratorias, y hacer ojos cerrados a convenios internacionales que ellos violan más que cualquier otro país del mundo todos los días. Podrían por ejemplo criminalizar a quien cruce ilegalmente la frontera – sin papeles – y negarle así cualquier posibilidad de solicitar asilo, podrían promover que aquellos que tengan los elementos para solicitarlo tocaran las puertas de las embajadas y consulados de sus países de origen, y realizaran los trámites necesarios para esperar ahí una respuesta que casi siempre será negativa, pero al menos se evitarían las dificultades, peligros etc. De caminar aun sea dentro de una caravana determinada.
i) Dentro de todo este escenario yo tendría que insistir en lo que comente en mi colaboración previa, MEXICO ES UN PAIS POBRE, en muchos lugares de nuestro país – Guerrero y ahora Guanajuato – los índices de violencia están a la par que en Centroamérica, muchos hermanos de Guerrero por ejemplo tienen que migrar en búsqueda de una seguridad que no les provee el Estado Mexicano y si alguien promoviera entre ellos, gustosos formarían caravanas en la búsqueda del sueño americano, y con esto en mente es claro que no tenemos los recursos para aceptar una migración de esta magnitud que dicho sea de paso, claramente no busca el auxilio o la protección del Estado Mexicano sino solamente el libre paso para llegar a los Estados Unidos en la búsqueda de un sueño que en la gran mayoría de los casos es irrealizable y no es que seamos xenofóbicos o racistas solo que no tenemos con que pagar los costos de la alimentación, la seguridad, la salud etc. De los caminantes.

En conclusión a la pregunta que nos hicimos en estas reflexiones, NO CREO QUE SEAMOS UN PUEBLO XENOFOBICO Y RACISTA. Lo veo todos los días cuando cientos de automovilistas se detienen a dar algunos pesos al migrante que se para en una esquina, los vemos como iguales, sufrimos lo mismo que ellos pero eso no implica que apoyemos un movimiento destinado al fracaso por lo que bajita la mano – bajo el agua – estamos de acuerdo con que la Guardia Nacional detenga el ingreso ilegal y desordenado de nuestros hermanos centroamericanos aunque nos gustaría que las caravanas dejara de existir para que nuestra Guardia Nacional se dedicara a hacer aquello que es su trabajo, el combate a la delincuencia.