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Por Ricardo Monreal Ávila

El mundo se dirige a un reacomodo de fuerzas, sociedades y bloques económicos donde se privilegiará más lo local y regional sobre lo global o mundial. Es lo que está detrás del Brexit o salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, y de las propuestas de cancelar tratados de libre comercio o levantar muros fronterizos como la formulada por Donald Trump en Estados Unidos.

No son propuestas deschavetadas u ocurrencias de políticos loquitos, sino el resultado de un largo proceso de hastío y fastidio social por los bajos desempeños económicos y los altos niveles de desigualdad que la globalización ha traído en varias regiones del planeta.

Por ello, es importante tener claro qué es la globalización y cómo se consolidó en las últimas décadas para después explicarnos el resurgimiento del regionalismo y de los nacionalismos económicos.

La Globalización es interpretada según Clark (2000), Norris (2000) y Keohane y Nye (2000) como el proceso de creación de redes de conexión entre actores en distancias multicontinentales, mediante el intercambio de información, ideas, capital y bienes y la emigración. “Es conceptualizada, entonces como el proceso que erosiona los límites nacionales, integra a las economías, culturas, tecnologías y gobiernos y genera complejidad en las relación de mutua interdependencia”.

Para medir este proceso interconexión supranacional, propio de los sistemas económicos capitalistas y de las democracias occidentales, se han diseñado diversos “índices de globalización”. En esta ocasión utilizaremos el índice KOF, por ser el de más recientes resultados.

El KOF Índice de Globalización (KOF Index of Globalization) es realizado anualmente desde el año 2011, por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETHZ). Mide tres dimensiones de la globalización: económica, social y política. Los datos utilizados para la realización del índice son de 207 países y se extienden desde el año 1970 a la fecha.

Dentro de esas tres dimensiones se calculan los subíndices. Dentro de globalización económica se encuentran flujos económicos reales y restricciones de comercio y capital; dentro de globalización social: contactos personales, flujos de información, proximidad cultural, y dentro de globalización política se encuentran solo indicadores.

A continuación se desglosará cada dimensión en subíndices e indicadores.

Globalización Económica: Esta dimensión se compone de dos subíndices: flujos económicos reales y restricciones de comercio y capital. Dentro del primer subíndice se incluye información sobre comercio, específicamente es la suma de exportaciones e importaciones de un país, inversión extranjera directa e inversión de cartera, medida a través de la suma de stock de activos y garantías, y pagos de ingresos a los extranjeros.

El subíndice de las restricciones refiere a las restricciones de comercio y capital, utilizando barreras arancelarias, no arancelarias, impuestos al comercio y controles de capital.

Globalización Social: Dentro de esta dimensión se encuentran tres subíndices: contactos personales, flujos de información y proximidad cultural. El primero tiene la intención de capturar la interacción directa entre las personas que viven en distintos países, se incluye dentro de este subíndice el tráfico internacional de: telecomunicaciones, turismo internacional, transferencias, población extranjera y número de cartas enviadas de un país a otro.

En el subíndice de Flujo de Información, se trata de medir el intercambio potencial de ideas e imágenes. Incluye el número de usuarios de Internet, el porcentaje de hogares con televisión, y el comercio internacional de diarios.

Por último, dentro de esta dimensión, se encuentra la proximidad cultural, dada la complejidad del término este es el subíndice más difícil de medir. Se utiliza para esto el comercio de libros, el número de restaurantes McDonald’s y el número de tiendas IKEA, entendiendo que estas dos empresas son íconos mundiales de la globalización.

Globalización Política: En esta dimensión se encuentran cuatro indicadores: cantidad de embajadas por país, pertenencia a organismos internacionales, participación en Misiones de Paz de las Naciones Unidas y, por último, tratados internacionales a los cuales se ha adherido el país desde 1945.

Metodología: Para la construcción del índice cada una de las variables es transformada en un índice que va desde 1 a 100, donde 100 es el máximo valor alcanzado por la variable entre 1970 y el último año analizado y 1 es el mínimo. La globalización de cada país es creciente con el Índice de Globalización del mismo.

“Para generar la ponderación de cada indicador se utiliza el análisis de componentes principales tomando toda la muestra de países y de años. Los análisis dividen la varianza de las variables utilizadas en cada subgrupo. El peso es determinado de forma que maximice la variación del componente principal, para poder capturar la variación de forma más completa. Esto se realiza tanto para los indicadores como para los subíndices y las dimensiones.
Los datos son calculados anualmente. Para corregir errores de falta de datos, se interpola linealmente para luego generar el análisis de componente principal. En caso de que el dato faltante sea el último o el primero, se continúa con el más próximo” (KOF Índice de Globalización, Instituto de Competitividad, Universidad Católica del Uruguay, diciembre 2015, p.3).

Ranking: En 2015 el ranking está encabezado por Irlanda (91,30), seguido por Holanda (91,24) , Bélgica (91,00), Austria (90,24) y Singapur (87,49).

Completan los mejores diez: Suecia (86,59), Dinamarca (86,30), Portugal (86,29), Suiza (86,04) y Finlandia (85,64).

En 2014 las posiciones eran similares, sin embargo Bélgica superaba a Holanda, y Hungría ocupaba el lugar número 9° sustituido en 2015 por Suiza, quien escaló dos posiciones.

En cuanto a América Latina, el país que se encuentra primero en el ranking es Chile (71,08) en la posición número 39 seguido por Panamá (66,84) en la posición 49. En el pasado año, también lideraba Chile en Latinoamérica, pero ubicando en el lugar 37, seguido también por Panamá también dos posiciones por arriba del presente año.

Cabe destacar, que Singapur (95,69) encabeza el ranking desde la perspectiva económica, Austria (91,54) desde el punto de vista social e Italia (97,52) encabeza el ranking Político.

Mientras en 2014 eran Singapur (económico y social) y Francia quienes encabezaban los respectivos rankings.

Respecto a América Latina, la dimensión económica está liderada por Panamá en la posición 22, la social por Costa Rica, en la posición 61 y desde el punto de vista político lidera Brasil, en la posición 8. El hecho de que quien lidere el ranking social en América Latina se encuentre en el lugar número 61 indica un atraso de la región en términos de contacto, flujo de información y proximidad cultural (Íbid).

¿Qué significa esto? Que la globalización no es tan global como se puede pensar. Que los países más globalizados no corresponden necesariamente a las economías nacionales más grandes, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, China, India o Rusia, por lo que existe una diferenciación de procesos y de beneficios de esa globalización, lo que está produciendo el resurgimiento de regionalismos y nacionalismos en las naciones más atrasadas o menos globalizadas. Pero esto será tema de otra colaboración.

ricardomonreala@yahoo.com.mx<br /> Twitter: @ricardomonreala

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