LOS BONOS
O EL INGENIO PARA LA CORRUPCIÓN
Aquiles González Navarro
No cabe duda: El mexicano es ingenioso, para bien o para mal. Cuando el inolvidable General Lázaro Cárdenas expropió a las compañías petroleras extranjeras, se auguraba en el mundo entero el “inevitable fracaso” de los mexicanos, frente al enorme reto de sacar adelante a la empresa nacionalizada sin el apoyo técnico y sin el suministro de refacciones. México salió airoso y lo hizo bien: elaboró sus propias refacciones y creó su propia tecnología.
Y, para mal también. Hace años se colocaron aparatos para medir el tiempo de estacionamiento en el centro histórico de la capital para cobrar el espacio público. Más temprano que tarde circulaban monedas de veinte centavos (el costo por hora del estacionamiento), soldadas a un alambre que permitía introducir la moneda y sacarla cuantas veces fuera necesario para “pagar” el tiempo requerido, mismo que registraba la máquina “traga-vomita” monedas.
Y, para evitar el exceso en los salarios de los funcionarios hace dos o tres años que la Legislatura Federal “inventó” un sistema llamado de los salarios máximos, conforme al cual, ningún servidor público podría cobrar mayor salario que el jefe superior, llámese presidente de la República, gobernador o presidente municipal. Fácil: entraron a circulación bonos por cualquier motivo: al desempeño, por el día de la madre, por navidad, por productividad (que se entrega a diputados), por antigüedad, por cumpleaños, por “bono único”, por voto consciente, etc. etc.
Si Usted revisa la dieta de los diputados locales en el portal correspondiente, encontrará que la dieta (salario) de los legisladores es de 70 mil pesos, pero si a ello suma los bonos por diferentes motivos, entonces la cantidad que reciben se dispara a ¡$320mil pesos mensuales! Eso, sin contar los bonos que el ejecutivo les otorga por “voto consciente” en favor de sus iniciativas, que varían de 100 a 300 mil pesos.
La Universidad Autónoma de Zacatecas no es ajena a la corrupción encubierta. Si revisamos los ingresos del rector (así con minúscula) Armando Silva, encontraremos que su salario modesto era por la cantidad de 37 mil pesos. Pero a ello se suma: 436mil 373 pesos como prima de antigüedad (esta prestación no rebasa la cantidad de 130 mil y no se otorga a funcionarios). 118 mil de aguinaldo, 71 mil de prima vacacional, 23 mil de 31avos días, 58 mil de bono único y 18 mil por el día del maestro, entre otros. Se informa en “La Jornada” el 7 de sept.
En la Suprema Corte de Justicia de la Nación también ocurre: 95mil pesos de prima vacacional, 586 mil pesos de aguinaldo, seguro de separación 528 mil pesos, 46 mil pesos estímulo por antigüedad, ayuda para anteojos, ¡mil pesos por el día de la madre/padre! Y 853 mil de bono por riesgo. Aparte desde luego el salario que supera el medio millón de pesos mensuales.
El sistema de bonos cubre de hecho a todas las dependencias de los tres niveles del gobierno. Algunos ciertamente justificados y hasta necesarios, pero en su mayoría abusivos y exagerados. Un fraude al erario.
Es la crítica. Va la propuesta:
No encuentro otro mecanismo que lleve a evitar el abuso en el otorgamiento de bonos o “seguros” o ayudas, que la implementación en cada uno de los niveles de gobierno de sendos TABULADORES GENERALES DE SUELDOS. De esta manera el salario se mide por ciclo anual y por función dentro del servicio público. El servidor no puede recibir ni un centavo más que su percepción anual distribuida entre los doce meses. Se tipifica delito para quien otorga bono o cantidad extra alguna y para quien la recibe.
Si el Secretario de Gobierno percibe anualmente un salario que suma millón y medio, por ejemplo, no puede recibir bono alguno que eleve dicha suma, so pena de incurrir en delito en contra del erario público.
Obviamente habrá casos de entrega de bonos justificados y hasta necesarios. Si un maestro recibe un reconocimiento a su labor docente, a su entrega y a su mística, el bono se constituye en estímulo indispensable. O en otros casos que deberán quedar precisados en la ley.
Pero irritación causa el sólo hecho de pensar en la entrega de un bono de ¡mil pesos! por el día del padre o madre a los ministros de la Suprema Corte, cuyos salarios superan al medio millón de pesos mensuales, y, ya que estamos en el País de las Maravillas, ¿Por qué no asignar también un bono por no cumpleaños a los nacidos en 29 de febrero, o por no ser padre ni madre o no tener madre?
Queda a la voluntad política del Gobernador Alejandro Tello, que Zacatecas sea el primer Estado que legisle sobre una Ley General de Tabulador de Sueldos.