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CAPITAL ZACATECANA, UN EXPERIMENTO POLÍTICO

Saúl Monreal Ávila

Quiero reconocer la oportunidad que se me brinda para expresar las ideas y opiniones semana a semana espero que usted estimado lector le sea de su agrado, siempre procuraremos dar nuestro punto de vista con objetividad e imparcialidad y nuestro único referente será el bien común de nuestra sociedad Zacatecana, en verdad muchas gracias a nuestro amigo Pablo Quezada y al diario semanal el Nopal.
uiero reconocer la oportunidad que se me brinda para expresar las ideas y opiniones semana a semana espero que usted estimado lector le sea de su agrado, siempre procuraremos dar nuestro punto de vista con objetividad e imparcialidad y nuestro único referente será el bien común de nuestra sociedad Zacatecana, en verdad muchas gracias a nuestro amigo Pablo Quezada y al diario semanal el Nopal.
Contrario a todo lo que los ciudadanos opinan, el discurso de los priístas en los últimos años reitera hasta el cansancio, una renovación interna para volver a tener credibilidad ante la opinión pública. En el caso de Zacatecas, este demagogo discurso solo ha llevado a nuestro estado a ser un salón de pruebas donde el mal gobierno se impone. Se premia la corrupción.
Luego de que la voluntad de los zacatecanos fuera una cruel víctima de los tribunales electorales al anular por altos intereses y preocupaciones políticas, el triunfo de Morena en la capital del estado, y por tanto, se convoque a elecciones extraordinarias para principios de diciembre, queda claro que en nuestro estado, contamos con los alumnos más avanzados en mapacheria política y fraude electoral.
En una complicidad absoluta, los partidos pretenden legitimar el cochupo electoral del PRI Gobierno al participar en un proceso viciado de origen con un escenario “a modo” en el que cada uno recibirá 2.5 millones de pesos por hacer proselitismo en una elección donde habrá de consumarse uno de los más grandes fraudes electorales que podremos atestiguar. Se imagina usted, estimado lector, cuánto serviría ese recurso a las comunidades más marginadas de Zacatecas.
Por otra parte, se menciona que los periodos administrativos de tres años son insuficientes para que los ayuntamientos den buenas cuentas de un ejercicio gubernamental. El primero lo utilizan para aprender, el segundo para trabajar y en el tercero ya están pensando en la próxima elección; es la opinión que dan los que siguen de cerca las funciones de un ayuntamiento. Hacer política sin considerar el bienestar de los ciudadanos debiera ser considerada una alta traición.
Así pues, debido al empate de las elecciones federales con las locales, el periodo de las administraciones entrantes no será más que de dos años, pero para el caso de la capital será tan solo de 20 meses para el que se imponga triunfador de la tranza electoral, dejando así con un poquísimo margen de operación a las funciones que el ayuntamiento debiera atender. Y como siempre, los afectados son y serán los ciudadanos.
La capital de Zacatecas y sus habitantes pasaron a convertirse en un laboratorio para el PRI Gobierno, con miras a replicar y perfeccionar el clientelismo político electoral en el proceso electoral del 2018, por eso es necesario que los ciudadanos estén atentos al perverso actuar del sistema priista en su intención de perpetuarse en el poder.
La realidad es que el sentimiento de rechazo hacia las instituciones y los partidos que participaron y participarán en el cochupo electorero, es generalizado. Las consecuencias políticas de robarse una elección no son pocas, no respetar la voluntad ciudadana siempre trae consigo un altísimo costo político, al tiempo.

saulmonrealavila@hotmail.com

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