“Il dolce far niente”
Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
www.lamaddalenaedi.blogspot.com
En días pasados estuve pensando en esta idea… de hecho no tuve tiempo de pensar tanto en esta idea, sinceramente me hubiese gustado sentarme y pensar tranquilamente en esta idea y honestamente me gustaría ejercer más frecuentemente esta idea: Il dolce far niente, italianísima frase que en español vendría siendo textualmente “el dulce no hacer nada”. Analizo mi vida y la de muchas personas a mí alrededor y observo que muchas de ellas tampoco tienen oportunidad de “ejercer” esta actividad que a veces y en estos días parece realmente utópica.
No hacer nada, pero no es un “no hacer nada” a lo tarugo, il dolce far niente es un “no hacer” nada de una manera inteligente, emocionalmente hablando. Cuando vulgarmente se “echa la flojera” se pierde el tiempo, se tira, se malgasta, se desperdician horas de vida, hasta he llegado a pensar que por segundos se deja de respirar. No, il dolce far niente es otra cosa.
Para La Mada, il dolce far niente es realmente ocupar unos minutos en vivir la tranquilidad de nuestro propio ser, sentir nuestra respiración, sentir como corre la sangre por nuestras venas y como regresa por nuestras arterias, sangre en marcha continua del corazón y al corazón… no sé por qué nunca decimos: “te quiero del corazón al corazón, de ida y vuelta y de regreso”… cosas que se le ocurren a una durante los breves segundos de dolce far niente.
Il dolce far niente puede ser sentarse y observara un árbol bailar con el aire, a tu hijo correr o bailar, la gente que pasa caminando, el tráfico vehicular desde la vitrina de un café, la arquitectura fastuosa o modesta alrededor de una plaza. Il dolce far niente es, muchas de las veces observar y no solamente ver, es ejercer más allá nuestro sentido de la vista, dialogar con la mirada, o a veces, dejar que nuestro entorno se enfrasque en un plácido monólogo contándonos todo lo que nos tiene que decir y nosotros, casi nunca escuchamos.
En otras ocasiones il dolce far niente es escuchar el dulce murmullo de las olas del mar, a los niños pequeños cantando descompuestas canciones que repiten la misma sílaba una y otra vez, el crujir de la hojas en otoño o el de la tierra seca en verano. Es escuchar el golpeteo de las gotas de lluvia sobre el parabrisas de tu auto y la charla que entablan con el limpia parabrisas, otras veces saborear esa canción que tanto te gusta y hasta llegas a escucharte cantarla, así, sin prisas, desafinado y como loco poseído por la intensidad del momento, de ese momento del dolce far niente
Il dolce far niente es, a veces, tomar entre tus dos manos una tibia taza de café o tomar sensualmente del talle una copa de vino tinto, llevarlas a tus labios y sentir su sabor, como moja tu lengua y pasa por los huecos de tus dientes hasta resbalar por tu garganta. Es comer en buena compañía, que a veces puede ser tú mismo. Enamorarte del plato que tienes frente a ti y admirar a quien lo preparó. Puedes decir: ¡Qué bonito! Se vale, se vale todo durante il dolce far niente, se vale cualquier expresión relajada, bien intencionada y sobre todo armónica.
Il dolce far niente es, según La Mada, disfrutar la vida sin la presión que cargamos todos los días, es un momento de respiro que vale la pena tener, 15 minutos dolce far niente al día haría que el resto del día funcionara mejor y nuestras neuronas estuviesen más contentas, más felices y por supuesto menos “aletargadas” en este mundo de carrera furiosa contra el tiempo.
La Mada al escribir este articulín ha tenido un momento de dolce far niente. Escribo mientras escucho una afinada vocecita cantar una y otra vez un “jo,jo,jo” navideño ya fuera de temporada.
Fin dulce, aromático y tibio. Buena semana… por cierto, ¿Usted Qué hace para ejercer su libertad de dolce far niente?