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“Con el título al final”

Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
www.lamaddalenaedi.blogspot.com

Cómo le comenté en el articulín anterior, si el tiempo era benévolo con La Mada, esta participaría en la “Tercera Vaginal”, exposición multidisciplinaria  de Casa de Engracia, organizada por mi amiga Sonia Félix, pues fue así, el tiempo fue amable y pude participar con este poema.
Recomendaciones antes de leer: Le sugiero que si usted es muy persignado: 1. No lo lea, 2. No lea  el título que está al final (no haga trampa) 3. Léalo  y no se lo diga a nadie, 4. Lea, relájese y póngale el título que usted quiera.

Uno, dos, tres. Hace tres años que te lo dije…
“esta es la última vez que te busco”.
Hace dos años te busqué y te lo volví a repetir:
“esta es la última vez que te busco”…
el año pasado y hace como dos días…
te volví a buscar.

Imposible dejar de buscarte,
Te busco para sentirme,
para reconocerme y saber
que cada vez que vibras
vibramos yo y todas mis entrañas.

Ha habido momentos en los que
me  han ordenado que te deje.
Puritanismos, pecado… lujuria
hasta una vez
en un momento de confusión… (y confesión)
ofrecí al cielo dejar de tocarte.

No es cuestión de codependencia,
sin embargo, no puedo dejarte de lado,
hay momentos en los que no necesito
mirar al sur para encontrarte,
basta con cerrar los ojos…
y comenzamos a platicar.

Mis dedos, mis torpes dedos,
esos mismos que han sido incapaces de tocar
cualquier instrumento
a tu lado se vuelven ágiles, tanto
que hasta  logro arrancarte una húmeda carcajada.

Aunque no logre verte, aunque nunca te haya visto,
sucede que la anatomía puede ser complicada,
puedo imaginar cómo luces ante aquellos
que a veces te han visitado,
siento como recibes sus besos y sé bien
como cierras tus ojos mientras bailas a su compás.

Tus labios son capaces de expresar
la más hermosa frase de amor.
Más allá de formar parte de mi cuerpo,
Formas parte de mi mente, de mi espíritu,
conoces mis bromas, mi sarcasmo, mi ironía,
y cada vez que jugueteas con mis dedos,
estoy segura que hablamos un mismo idioma,
nuestro muy particular y privado idioma.

A mi vagina.

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