Skip to main content

Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

UN  PAR DE LOCOS DE CADA LADO DE LA FRONTERA
II parte

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace una semana  iniciamos estas reflexiones sobre la “Locura” es decir sobre  la esquizofrenia que padecen los presidentes de los dos lados de la frontera.

Hoy, después de la entrevista Ángela Meckel – Donald Trump, me he convencido de los comentarios vertidos en la primera parte de este texto, no me queda ya ninguna duda sobre la enfermedad mental que aqueja al presidente norteamericano, y hablo en serio.

Comentaba que cuando uno se dedica a ver la patología del sistema nervioso, es relativamente fácil diagnosticar cuando un paciente con esquizofrenia entra al consultorio, su mirada es muy peculiar y después podemos constatar que están en otro mundo que no comparten con los demás, he visto cuando alguien un E Hebe frénico -   me indica que no cierre la puerta por que tiene que entrar la virgen, o cuando alguien llevado a la fuerza por su familia – E paranoide - que a todos ve con desconfianza y no quiere hablar con el médico, o quien con actitudes obsesiva compulsivas no se sienta ni da la mano porque teme ser infectado y que se sale una y otra vez para lavar sus manos.

Si algo he aprendido a través de 35 años de carrera profesional es a distinguir en la mirada de los pacientes los rasgos de su enfermedad mental. Pues bien; hace un par de días cuando mostraron hasta el cansancio la entrevista de Ángela Meckel con Donald Trump donde se negó a estrechar - no obstante que la prensa se lo solicitaba – la mano de la mandataria alemana la mirada de este grotesco personaje mostraba todos los datos de una persona que padece de la enfermedad a la que hacemos referencia, y reanalizando los momentos en que por el contrario no quería soltar la mano entiendo que era del primer ministro del Canadá quien no sabía que hacer – como tampoco lo sabía Ángela Meckel – nos damos clara cuenta de que algo anda mal, muy mal en la maquinaria cerebral de este magnate convertido en presidente de la nación más poderosa del mundo.

Lo increíble de todo es que haya ganado la elección, que casi la mitad de los norteamericanos se halla sentido identificado con este señor que tiene – como Vicente Fox – la lengua muy larga y las ideas demasiado cortas, solo que ambos personajes también tienen muchas discrepancias, pero esto no es el tema que ahora nos ocupa.

En nuestras pasadas reflexiones encontrábamos similitudes entre las actitudes claramente patológicas de este magnate y las de Adolfo Hitler, quien también gano elecciones - después de muchas intentonas - y que logro ser admirado por las masas de votantes alemanes que se creyeron su discurso de la supremacía  germana sobre todas las demás razas, y que llevo al mundo donde todos sabemos y fue el causante de la muerte de millones de seres humanos no solo de origen judíos sino Rusos, Polacos y de muchas otras nacionalidades.

Lo que nos queda claro es que el ser humano no aprende las lecciones que le da la historia. Ahora el señor del copete ralo domina el escenario con todo y sus actos de locura, despierta las actitudes más xenofóbicas y racistas del - WASP – Hombre blanco, anglosajón y protestante- perteneciente a las clases bajas, desempleado o subempleado, con bajos ingresos económicos y evidentemente con baja preparación intelectual, porque el señor les ha convencido que aun así son superiores a cualquiera que tenga algo de pigmentación sobre la piel, sobre todo si habita al sur de la frontera, y más aún si se ha atrevido en invadir su sacrosanto territorio como los salvajes del norte invadieron en varias ocasiones al entonces superior Imperio Romano.

Ahora bien, las cosas no serían tan malas si ahí hubiera quedado el problema, si los políticos pensantes y congruentes - aun y cuando fueran conservadores hubieran logrado convencer a este “chinche loco” de las cosas de la realidad para que al menos actuara en consecuencia. O tal vez lo hicieron sin obtener resultados, el señor no ha cambiado un ápice su discurso consiente o inconscientemente, o bien por qué le da resultados y al final como todo buen político porque es pragmático y está convencido de que hace lo correcto.

Y aquí; por increíble que parezca, los mentalmente sanos – al menos en apariencia – nos percatamos que ese discurso le ha sido útil ¿porque habría que modificarlo? Resulta claro que su arma esencial no son los tanques, ni siquiera la bomba atómica, su arma es el Twiter, con estos mensajes cortos ha podido poner de rodillas primero a las grandes empresas trasnacionales – que antes pensaban que eran ellas las que tenían el poder y podían mover al mundo a su antojo – cuando, sin saber bien a bien lo que iría a pasar – porque no lo saben –  se han doblegado ante los mensajes cortos tomando decisiones adelantadas y sin pensarlo mucho – y decidieron una tras de la otra suspender las inversiones en nuestro país y trasladarlas a los Estados Unidos aun y cuando saben que haciéndolo así dejaran de ganar cantidades importantes de recursos al ser allá mucho más elevada el costo de la mano de obra, con lo que; después que nosotros México estemos pagando los platos rotos del discurso agresivo del neoyorquino, después será la sociedad norteamericana que lo haga porque si bien habrán ganado unos miles de empleos, los artículos que consumen – autos, televisores, computadoras etc. – se verán incrementados en sus costos como una consecuencia natural que ahora no necesariamente contemplan.

Por qué las multinacionales que durante mucho tiempo tuvieron el poder y lo ejercieron, no saben a ciencia cierta donde terminara este circo, los expertos y analistas en el asunto del comercio internacional están de acuerdo en que es prácticamente imposible que los Estados Unidos pueda implementar un impuesto es decir un arancel del 20% sobre los artículos – automóviles etc. – que crucen la frontera de sur a norte, y que de desaparecer el tratado de libre comercio – lo cual no es aun seguro – las reglas que dominaran el comercio entre los dos países serán las del OMC (organización mundial del comercio) y los aranceles subirán en el peor de los casos no más de un 3 a un 4%, lo que aun así encarecerá la adquisición de los productos a los que arriba hacemos referencia a los consumidores dentro de los Estados Unidos que terminaran pagando en gran medida los platos rotos.

A lo que me refiero es que las grandes transnacionales ceden ante el discurso trumpeano, agachan la cabeza y actúan en consecuencia, sin saber que no necesariamente tienen que hacerlo, porque tienen expertos que saben que aun en el peor escenario de la renegociación del tratado de libre comercio, es posible que nada cambie porque un cambio sería más perjudicial para los Estados Unidos.

Y, no solo las compañías trasnacionales son las que han agachado la cabeza, si bien a la distancia hemos escuchado discursos fuertes sobre todo de líderes europeos y algunos latinoamericanos – nunca del Sr, Peña por supuesto -  cuando están frente a Trump, el discurso se modera a extremos inaceptables, ya lo vimos en la otrora mujer más poderosa del mundo Ángela Meckel, quien si bien actuó con dignidad, en ningún momento levanto el tono de su discurso como ya lo ha hecho antes desde Berlín “aquí solo los europeos nos pueden indicar nuestro propio camino” mientras que una vez terminada la reunión Trump grito urbi et orbe que Alemania no pagaba lo que debía a la OTAN, ni a los Estados Unidos por defenderla de sus enemigos.

El colmo de los males vino solo en días recientes cuando el grupo de los 20 – países más poderosos del mundo – no atino a defender el comercio internacional ni a insistir sobre los peligros del proteccionismo anunciado por Donald Trump y prácticamente también inclinaron la cabeza frente al magnate a quien parece todo el mundo tenerle un enorme miedo.

La historia se repite al final de cuentas, el mundo le tuvo no miedo, sino terror a Hitler en el siglo pasado, pero   logro vencerlo, actualmente todo el mundo le teme a Trump, la pregunta es si podrán combatirlo, y vencerlo al final de la contienda.

Vamos hasta Corea del norte guarda silencio cuando Trump la reprende a la distancia – “Corea se está portando mal, y sobre la mesa tenemos la respuesta” (bélica si es necesario)- y lo dice abiertamente. La misma China que cuando el señor del muro se metió en los asuntos de los mares de la china, contesto que si lo hacían tendrían que prepararse para una confrontación bélica sin precedentes. Ahora China guarda un silencio no sabemos si prudente o temeroso.

Y si ellos actúan en consecuencia, que podríamos hacer los mexicanos, agachar la cabeza y permitir que nos pisoteen, o… actuar con un poco de dignidad.

Ahí le hablan Señor Peña, que por cierto hablaremos de su esquizofrenia en la III parte de estas reflexiones.

Leave a Reply