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EL PRI... ENTRE ILEGALIDADES, RUMORES, MENTIRAS, MIEDO Y CINISMO
Saúl Monreal Ávila

Debe ser preocupante para todos los mexicanos sin excepción el que el partido en el poder, que gobierna la federación, el estado y la mayoría de los municipios se encuentre en tal estado de descomposición, donde los señalamientos de ilegalidad y corrupción están a la orden del día, de la mano de la ineptitud e incapacidad de sus funcionarios y políticos, pero eso sí, mintiendo sin el menor rubor con un toque de cinismo cegados por su pasajera posición.
Solo así nos podemos explicar declaraciones como: "Nos solidarizamos con los Mexicanos por el gasolinazo" o de: "El Peje es un peligro para México" tanto de priistas como de sus cómplices, el hecho es de que a solo meses ya del proceso electoral más decisivo para el pueblo Mexicano, por la situación que se vive, y por el contexto internacional, vuelto adverso en pocos meses, la degradación y podredumbre del PRI ha sido un serio factor en el declive del nivel de vida e indicadores sociales de todo tipo, estamos cada vez peor.
Y es que en primera, quien funge como jefe de las instituciones no tiene calidad moral, el PRI incrusto un Presidente que evidentemente, traficó política con beneficios personales y de grupo. La Casa Blanca de la familia presidencial es y será el emblema de la corrupción político-empresarial en sus más altos niveles. Peña Nieto, La Gaviota, Hinojosa, Grupo HIGA y compañía, son agravios a los mexicanos y confirmación de que para el priismo mexiquense, hacer política es hacer negocios, no gobernar para los Mexicanos.
Luego el hecho de que el regreso del PRI a Los Pinos con Peña Nieto fue un retroceso democrático. Incluso retornó la censura en algunos medios, incluso se cerraron espacios de libertades periodísticas –Aristegui como ejemplo-; se obstaculiza el crecimiento de mayor número de candidatos independientes, y se hace política a la manera del PRI de siempre: anteponiendo el interés partidista y de grupo al interés ciudadano.
Es obvio y absolutamente tangible que el PRI paralizó y politizó a la economía y la está llevando a la recesión. Los números no mienten: En 2013, primer año de Peña, el crecimiento del PIB se desplomó hasta 1.1%. a la fecha,  el menor en 5 sexenios desde Miguel de la Madrid, a pesar de la aprobación y puesta en marcha de las reformas estructurales. Según estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) el Producto Interno Bruto de México promedia un crecimiento anual de sólo 2% entre 2013 y 2017, en tanto, el Banco Mundial (BM) pronostica una media de solo 2.1%, lo que no cubre ni siquiera el crecimiento demográfico.
Desde que inició su administración en el 2012 al 2016, el endeudamiento público?se incrementó en 14.1 puntos porcentuales, de 36.4 a 50.5% del PIB ¿Por qué? Por la costumbre y método priista de manejar las finanzas con sentido más político que de funcionalidad económica. Por el subejercicio del gasto público que frenó a gran parte de la actividad económica. Por la irresponsabilidad financiera y por la corrupción que fuga hasta un cuarto del presupuesto en algunos casos, con rumbo "desconocido" (Es robado)
Junto con el PRD, el PRI nos aplico la reforma hacendaria más nociva, dañina y recesiva de la historia. La reforma instrumentada por Luis Videgaray sería, por sí sola, razón suficiente para que un gobierno sea castigado en las urnas. Allí están los reclamos públicos y privados de empresarios y ciudadanos por la nefasta reforma hacendaria. Videgaray, simplemente, no ha podido con el paquete económico. El amigo del Presidente no da la talla.
Todos los indicios, más que claros, apuntan que el secretario de Hacienda – otra vez Videgaray-, también fue parte del entramado con aromas de corrupción y de tráfico de influencias integrado por el eje: poder político Edomex-Grupo Higa-Los Pinos- Grupo Atlacomulco. Cuando The Wall Street Journal reveló que Videgaray también se benefició con una casota Blanca, "financiada" por Grupo HIGA en Malinalco, su figura "presidenciable" se eclipsó, y ni la exhibición mediática actual lo rescata, Si hubiera una pizca de ética en Peña Nieto y en su amigo, ya hubiera presentado su renuncia por dos razones de peso: el hundimiento de la economía y sus evidentes conflictos de interés. Mientras más tiempo transcurra, más daño habrá al PRI y al país.
De lo más delicado es la claudicación del gobierno peñista en la lucha contra el crimen organizado y su narcotráfico. Si Calderón heredó una guerra, Peña la encubrió con su "Brillante" estrategia. El discurso en vez de resolver. Mucha saliva y retórica y poca efectividad, al estilo priista. ¿Consecuencias?: el narco no sólo pudo recuperarse ante la caída del Chapo Guzmán, La Tuta y otras más. Se fortaleció y lanzó el reto del narcoterrorismo en Jalisco, en Sinaloa, en Guerrero, en Tamaulipas,  y en todo el país, cárteles sofisticados y entrenados por extranjeros. Apabullado y arrinconado el gobierno de Peña Nieto a este 2017, que jamás entendió que hay asuntos que no se solucionan con discursos. Demasiado tarde.
El regreso de la "dictadura perfecta" nos mantiene bajo un riesgo permanente: que en 2018 se extienda y de allí inicien otros 71 años de gobiernos priistas. El proyecto del priismo es uno: gobernar desde Los Pinos con una oposición dócil y manejable, como lo ha sido un sector de la izquierda, y si el próximo año no entendemos, pues entonces no nos quejemos luego de la situación que está hundiendo a México.
Está en nosotros acabar con las desgracia nacional, si estamos conformes con la corrupción del partido que nos hunde en la pobreza, en la falta de oportunidades, y en última instancia en la ignorancia y la barbarie, pues sigamos así, con nuestra despensa, nuestro boiler solar o nuestros bultitos de cemento cada tres o seis años. Pero si queremos un futuro mejor, con esperanza, con posibilidades de desarrollo, con paz y tranquilidad, pues es el momento de sacar carácter, decidámonos al cambio en las urnas el próximo año y reconstruyamos nuestro país.

saulmonrealavila@hotmail.com

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