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Elizabeth Mauricio González.

LA DELGADA LÍNEA DE LA VIOLENCIA POLÍTICA
CONTRA LAS MUJERES Y SU ABUSO POLÍTICO.

En esta edición entrevistamos a una gran Mujer Líder, Vicky Quiñonez, contralora interna del gobierno del Estado de Baja California y presidenta de la Comisión del Protocolo de Atención a la Violencia Política contra las Mujeres del Comité Directivo Estatal del PAN en el mismo estado,  por ende nos habla de La delgada línea de la violencia política contra las mujeres y su abuso político.
La Dra. Vicky Quiñonez inicia refiriendo que hasta hace poco tiempo se decía que el tema era la apatía de las mujeres a participar en los asuntos públicos, después el tema fue lograr el derecho al voto migrando a la difícil, gradual e insuficiente conquista femenina de los ámbitos laboral y social. Hoy en día el tema se convierte en afianzar las cuotas de género que han llevado a las mujeres de la invisibilidad política a una paridad forzada sin contar con oportunidades que las coloquen como coprotagonistas reales en el escenario público, lo que ha dado apertura al avance de la violencia que pasó de los matices insinuantes de '¿Por qué quieres meterte en ese terreno? ¿Por qué no te ocupas de tu esposo? ¿Por qué no te ocupas de tus hijos?' a 'mujeres golpeadas, secuestradas, violadas, exiliadas, etc.,' que frenan en gran medida la decisión de adentrarse en la política, ese círculo de difícil acceso y de complicada permanencia, de lucha constante y de gran desafío por cuanto no se trata sólo de “querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma de decisiones.
Pero antes de continuar nos puntualiza que la violencia política se considera “como un acto de discriminación motivada por elementos de género  que tiene como objeto el impedimento de la participación en igualdad de condiciones y como resultado el menoscabo de los derechos políticos electorales. Las acciones, omisiones, la tolerancia, las prácticas y en cualquier acto infligido a una mujer en el ámbito partidista, en su aspiración de postularse como aspirante, pre candidata, candidata a un cargo de elección popular o de dirigencia partidista o bien funcionarias electas o designadas”.
Siendo así de claro y complejo, que Vicky Quiñonez para ejemplificar el peligro de romper la delgada línea de la violencia política contra las mujeres y su abuso político, nos lleva a la contienda del Estado de México estableciendo que es una pena que una de las candidatas a la gubernatura utilice de manera errónea y dolosa el término violencia política contra las mujeres para hacer campaña. Considera que cuando los diferentes partidos políticos cuestionan sus “declaraciones y acciones desafortunadas, la falta de capacidad y aptitud tras sus resultados obtenidos como Alcaldesa”, y ante la ausencia de discriminación, desigualdad o menoscabo de derechos, su demanda ante el fiscal electoral y su exacerbada difusión solo retrasa y mancha la lucha inacabada contra la violencia política de género de miles de mujeres que día a día se preparan y trabajan por ganar espacios en diferentes ámbitos fortaleciendo un modelo femenino de gobierno que no tenga que masculinizarse para ser considerado en los ámbitos de poder, pero sobre todo, de no hacerse las víctimas, ya que todas y todos los servidores públicos están sujetos a la revisión de cuentas, sean hombres o mujeres, y los derechos de la candidata están a salvo para hacerlos valer ante las instancias judiciales procedentes.
Vicky Quiñonez concluye indicando enfáticamente que las mujeres, no pueden, ni deben, estar ausentes de la construcción de sociedad, ya que indefectiblemente deben formar parte del poder para que junto a los hombres se pacte un nuevo contrato social y se planteen y fomenten políticas de igualdad rompiendo el círculo vicioso de la violencia política contra las mujeres.

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