DEPENDE AHORA DE TRUMP SI COMEMOS O NO LOS MEXICANOS, ¡GRACIAS PRI!
Saúl Monreal Ávila
Saúl Monreal Ávila
Muchos analistas políticos y financieros han cuestionado por que el estado debía intervenir en el caso de la producción de alimentos en nuestro país, como incluso los Estados Unidos lo hacen, y alaban fervorosamente la "autorregulación" por los mercados, como sostiene la doctrina económica del neoliberalismo económico, a cuyos postulados se arrodillan todos los días Peña Nieto y sus secretarios. Al parecer el sentido común... y Donald Trump nos dan la razón, el Neoyorkino nos tiene tomados del cuello con la alimentación de los mexicanos, y seguramente en la negociación del TLC lo hará valer.
Durante décadas, uno de los postulados básicos de la política económica en México fue la denominada "autosuficiencia alimentaria". Misma que se perdió hace más de 30 años, ya que en aquella época se dijo que era más barato comprar los alimentos a otros países que producirlos nosotros mismos, una situación que se revirtió con el paso de los años, y no faltan argumentos tecnocráticos que el régimen esgrime a favor de la política actual que se viene siguiendo desde su implementación con Carlos Salinas de Gortari.
La razón del porque es indispensable lograr esta autosuficiencia es muy simple, es asunto de seguridad nacional, y en el caso de la renegociación del TLC, dependerá únicamente de la benevolencia de Donald Trump si los Mexicanos comemos o no. De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, 75% de las importaciones agroalimentarias proviene de EU, lo que Trump podría usar en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Brindando a EU un poder de presión a una dimensión de verdadero peligro, y podemos verificar que Washington no tiene escrúpulos para utilizar ventajas así. Ya ha aplicado esa táctica contra países como Irán.
Desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor el 1 de enero de 1994, el intercambio comercial, incluyendo productos agroalimentarios, entre Canadá, Estados Unidos y México efectivamente creció significativamente... Pero en contra nuestra: Mientras que en 1993 nuestro país importó alimentos por un valor de cinco mil 634 millones de dólares, para 2016 compró productos agropecuarios y agroalimentarios por un valor de 25 mil 229 millones de dólares, según datos del Banco de México.
Los principales productos de este tipo que México importó en 2016 fueron cereales, en especial maíz; carne; semillas y oleaginosas; frutos diversos; lácteos, huevos y miel y residuos de industrias alimentarias. Tan sólo en cereales, las compras al exterior crecieron un 435% en los últimos 23 años, ya que en 1993 el flujo de importaciones de este tipo de alimentos fue de 788 millones 73 mil dólares, mientras que para 2016 pasó a cuatro mil 216 millones 602 mil dólares.
El maíz es el producto agropecuario que más importa México. En 2016, las importaciones de éste alcanzaron un valor de dos mil 689 millones 945 mil dólares, de acuerdo con Banxico. En 1992/1993 importábamos desde Estados Unidos 121 mil toneladas de maíz amarillo, mientras que actualmente adquirimos 12 millones de toneladas, señala el CEDRSSA.
Cifras del Cuarto Informe de Gobierno indican que de todo el arroz que México consumió en 2014, 79% fue importado, lo mismo ocurrió con 65.2% del trigo y con 38.3% de la carne de puerco. En tanto, datos del Banco de México destacan que en 1993, un año antes del TLCAN, México importó productos agropecuarios por cinco mil 634 millones y en 2016 pasaron a 25 mil 229 millones de dólares.
Es decir, padecemos una brutal dependencia al extranjero en alimentos de consumo popular básico. Si en este momento ya hay hambre en diversas regiones y sectores sociales del país, seria impensable que sucedería si de alguna manera se restringe o se cierra el flujo de alimentos, y en este momento, está en verdadero riesgo la seguridad nacional. Entre los efectos, destaca el hecho muy actual de que unas 8 mil personas mueren cada año por cuestiones ligadas a la pobreza y la desnutrición. Además, el 41.6 por ciento de los hogares mexicanos enfrentan inseguridad alimentaria según CONEVAL
En México, el 85 por ciento de la población padece desnutrición; 7 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema alimentaria y 8 mil mueren al año por esta causa, alertan especialistas, quienes afirman que el libre mercado y la falta de un programa integral del sector agropecuario mantiene al país en una grave dependencia alimentaria que pone en riesgo la seguridad nacional.
Los programas que se han puesto en práctica bajo el esquema neoliberal para el desarrollo del campo se han desvirtuado por su mala aplicación, la corrupción (desvío de recursos) o por clientelismo político con el que son condicionados, señalan maestros del Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México (IIEAM).
Por esta razón, Andres Manuel López Obrador ha venido insistiendo en la necesidad de implementar medidas que impulsen el verdadero desarrollo del campo, que ha detallado en el proyecto alternativo de nación, ante un problema que siempre ha insistido, es de seguridad nacional, lo que ahora nos tiene contra la espada y la pared, vulnerables a los caprichos clientelares del magnate neoyorkino metido a Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Por ello, inmediatamente después de la transición gubernamental el año próximo debe trabajarse para resolverlo, e incluso pensar en volver a ser exportadores de alimentos, como lo son ya varios países latinoamericanos.
No podemos estar más en condiciones de que cualquier personaje excéntrico a simple capricho ponga de rodillas a nuestro país por la voracidad y la irresponsabilidad de unos cuantos que se han beneficiado a costa de todos, por eso y por la corrupción, por la impunidad, por el cinismo y por muchas otras cosas más el PRI no puede más estar en el poder, en la mano de la sociedad está la respuesta y la salida para lograrlo.
Durante décadas, uno de los postulados básicos de la política económica en México fue la denominada "autosuficiencia alimentaria". Misma que se perdió hace más de 30 años, ya que en aquella época se dijo que era más barato comprar los alimentos a otros países que producirlos nosotros mismos, una situación que se revirtió con el paso de los años, y no faltan argumentos tecnocráticos que el régimen esgrime a favor de la política actual que se viene siguiendo desde su implementación con Carlos Salinas de Gortari.
La razón del porque es indispensable lograr esta autosuficiencia es muy simple, es asunto de seguridad nacional, y en el caso de la renegociación del TLC, dependerá únicamente de la benevolencia de Donald Trump si los Mexicanos comemos o no. De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, 75% de las importaciones agroalimentarias proviene de EU, lo que Trump podría usar en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Brindando a EU un poder de presión a una dimensión de verdadero peligro, y podemos verificar que Washington no tiene escrúpulos para utilizar ventajas así. Ya ha aplicado esa táctica contra países como Irán.
Desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor el 1 de enero de 1994, el intercambio comercial, incluyendo productos agroalimentarios, entre Canadá, Estados Unidos y México efectivamente creció significativamente... Pero en contra nuestra: Mientras que en 1993 nuestro país importó alimentos por un valor de cinco mil 634 millones de dólares, para 2016 compró productos agropecuarios y agroalimentarios por un valor de 25 mil 229 millones de dólares, según datos del Banco de México.
Los principales productos de este tipo que México importó en 2016 fueron cereales, en especial maíz; carne; semillas y oleaginosas; frutos diversos; lácteos, huevos y miel y residuos de industrias alimentarias. Tan sólo en cereales, las compras al exterior crecieron un 435% en los últimos 23 años, ya que en 1993 el flujo de importaciones de este tipo de alimentos fue de 788 millones 73 mil dólares, mientras que para 2016 pasó a cuatro mil 216 millones 602 mil dólares.
El maíz es el producto agropecuario que más importa México. En 2016, las importaciones de éste alcanzaron un valor de dos mil 689 millones 945 mil dólares, de acuerdo con Banxico. En 1992/1993 importábamos desde Estados Unidos 121 mil toneladas de maíz amarillo, mientras que actualmente adquirimos 12 millones de toneladas, señala el CEDRSSA.
Cifras del Cuarto Informe de Gobierno indican que de todo el arroz que México consumió en 2014, 79% fue importado, lo mismo ocurrió con 65.2% del trigo y con 38.3% de la carne de puerco. En tanto, datos del Banco de México destacan que en 1993, un año antes del TLCAN, México importó productos agropecuarios por cinco mil 634 millones y en 2016 pasaron a 25 mil 229 millones de dólares.
Es decir, padecemos una brutal dependencia al extranjero en alimentos de consumo popular básico. Si en este momento ya hay hambre en diversas regiones y sectores sociales del país, seria impensable que sucedería si de alguna manera se restringe o se cierra el flujo de alimentos, y en este momento, está en verdadero riesgo la seguridad nacional. Entre los efectos, destaca el hecho muy actual de que unas 8 mil personas mueren cada año por cuestiones ligadas a la pobreza y la desnutrición. Además, el 41.6 por ciento de los hogares mexicanos enfrentan inseguridad alimentaria según CONEVAL
En México, el 85 por ciento de la población padece desnutrición; 7 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema alimentaria y 8 mil mueren al año por esta causa, alertan especialistas, quienes afirman que el libre mercado y la falta de un programa integral del sector agropecuario mantiene al país en una grave dependencia alimentaria que pone en riesgo la seguridad nacional.
Los programas que se han puesto en práctica bajo el esquema neoliberal para el desarrollo del campo se han desvirtuado por su mala aplicación, la corrupción (desvío de recursos) o por clientelismo político con el que son condicionados, señalan maestros del Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México (IIEAM).
Por esta razón, Andres Manuel López Obrador ha venido insistiendo en la necesidad de implementar medidas que impulsen el verdadero desarrollo del campo, que ha detallado en el proyecto alternativo de nación, ante un problema que siempre ha insistido, es de seguridad nacional, lo que ahora nos tiene contra la espada y la pared, vulnerables a los caprichos clientelares del magnate neoyorkino metido a Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Por ello, inmediatamente después de la transición gubernamental el año próximo debe trabajarse para resolverlo, e incluso pensar en volver a ser exportadores de alimentos, como lo son ya varios países latinoamericanos.
No podemos estar más en condiciones de que cualquier personaje excéntrico a simple capricho ponga de rodillas a nuestro país por la voracidad y la irresponsabilidad de unos cuantos que se han beneficiado a costa de todos, por eso y por la corrupción, por la impunidad, por el cinismo y por muchas otras cosas más el PRI no puede más estar en el poder, en la mano de la sociedad está la respuesta y la salida para lograrlo.
saulmonrealavila@hotmail.com
