Hace 32 años.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.
Como si fuera una broma, un mal chiste de la madre naturaleza, a 32 años, justo dos horas después de que se escucharan las alarmas en conmemoración del sismo de 1985, vuelve a temblar en el sur del país, un sismo que ha generado grandes afectaciones en zonas marginadas de nuestro México.
Un México que se duele de inseguridad, falta de empleo, de condiciones de marginación y desigualdad graves. En un país que hace 12 días había sido víctima de un temblor de similar magnitud. No hay palabras para expresar la consternación que se vive en todo el país por la gravedad de la situación.
No será fácil, pero mucho hemos aprendido de lo que pasó hace 32 años, los avances tecnológicos han permitido ubicar a muchas personas que se han podido comunicar a través de sus celulares o porque ese dispositivo muestra su ubicación en un GPS, los cuerpos de rescate han aprendido sobre la experiencia y la constante capacitación, la ciudadanía no deja de ser solidaria, al contrario, el humanismo de la población es digno de reconocerse y aplaudirse. Es momento en que la ayuda de todos es importante.
En momentos como este es cuando deberíamos hacer un alto en el camino y reflexionar lo que estamos haciendo con el planeta, con nuestro país. Pensar que son acontecimientos aislados y que nada de lo que hagamos en la superficie afecta es un error que no podemos darnos el lujo de repetir una y otra vez.
Entre ensayos nucleares, contaminación del agua, sobre explotación de los mantos friáticos, tala ilegal de bosques y selvas, explotación excesiva de los recursos naturales, contaminación desmedida del medio ambiente, la madre naturaleza esta reaccionando, nos esta haciendo un llamado de atención y debemos escuchar y actuar.
El primer paso, salir, como lo hemos hecho antes, unidos, solidarios de la crisis actual; el segundo paso, evaluar todo lo que hemos estado haciendo mal y corregir, dejar de tirar basura en las calles, hacer un uso moderado de la energía eléctrica, separar la basura, reutilizar, cuidar el agua, optimizar el uso de los vehículos, exigir a los industriales que no contaminen, utilizar productos que en su proceso de elaboración no contaminen para incentivar a los demás productores a que lleven a cabo procesos productivos mas comprometidos con el medio ambiente.
Son cosas encillas que podemos ir cambiando poco a poco, el daño no se remediará de la noche a la mañana, pero podemos empezar ahora.