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Justicia lopezobradorista.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

No cabe duda que de ocurrencias vive el hombre, y esas ocurrencias han mantenido en campaña a Andrés Manuel López Obrador por 18 años ya, la última ocurrencia que tuvo es hablar de amnistía. En ocasiones no se sabe si habla en serio o es solo para hacer que todos los actores políticos caigan en sus provocaciones o en su juego.
Si habla en serio, el escenario es mucho mas complicado que eso, puesto que no es lo mismo hablar de amnistía que de justicia transicional, esta última sería la que se debe aplicar si lo que se pretende es la paz. No hay casos documentados en los que una amnistía este relacionada con un proceso de paz, como lo sugieren diversos actores políticos, empezando por Andrés Manuel y concluyendo por la gran mayoría de precandidatos a la presidencia; es una provocación en la que todos cayeron y al pretender darse baños de pureza todos han demostrado su desconocimiento.
Un proceso de paz esta relacionado con la justicia transicional, no con la amnistía. La justicia transicional es muchísimo mas compleja que un perdón, y presenta una serie de pasos, principios rectores y objetivos que en nada se acercan a lo propuesto por Andrés Manuel.
La justicia transicional dentro de sus objetivos plantea la reivindicación de la dignidad de la persona, pensando centralmente en la víctima de la delincuencia directa y en la sociedad como víctima indirecta de los conflictos políticos, sociales, delincuenciales, etc.
Por otro lado, la justicia transicional puede o no, traer consigo una amnistía, es decir no es requisito, pero tampoco esta prohibida, puesto que se tiene que analizar el contexto en el que se llevará a cabo el proceso de paz, ya que en ocasiones puede ser que esa amnistía sea necesaria para generar acercamiento, pero en ningún momento se contempla la posibilidad de dejar impunes los delitos cometidos, puesto que es requisito fundamental de la justicia transicional el reconocimiento de la responsabilidad por parte de quienes han delinquido y generado la inestabilidad social. No se puede hablar de un proceso de paz si no se reconocen las responsabilidades y se reivindica el rol social de la víctima, esos dos elementos son indispensables.
Andrés Manuel propone amnistía, inclusive para los delincuentes de cuello blanco, sin que ello este directamente relacionado con un proceso de paz, aunque no sabemos que sea peor, si este señor que descabelladamente abre su boca para proponer irracionales o todos los demás que le siguen el juego, tratando de quedar como los puros que exigen se respete la norma, sin tener en cuenta que la norma no necesariamente es correcta, o completa o respetada, y mucho menos por ellos, la clase en el poder, que siempre han buscado la menor rendija legal para aprovecharse de los mexicanos.
Independientemente de quien tenga la razón, que no cabe duda que ningún político la tiene, los comentarios de Andrés Manuel han dejado en evidencia el desconocimiento de todos los actores políticos sobre las implicaciones de una amnistía y de un proceso de paz. Dicen que no hay nada peor en este mundo que un tonto iniciativa, pero todo parece indicar que si, porque frente a ese tonto con iniciativa, hay otros muchos tontos que caen en su juego de declaraciones.

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