Dinero para campañas
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
La democracia en México es muy cara, tan cara que el despilfarro de dinero que hacen los partidos políticos nos llama a cuestionarnos que se pudiera hacer con todo ese dinero en lugar de estarlo gastando en publicidad o en la organización de eventos masivos como tributo al culto a la personalidad del candidato.
En un país en el que la mitad de la población vive en situación de pobreza o extrema pobreza, es un insulto a la inteligencia de la sociedad que se gaste miles de millones de pesos en un ejercicio democrático que dista mucho se ser verdaderamente representativo, puesto que no todo el padrón acude a las urnas a manifestar su voluntad política, es más, la apatía de la gente y la falta de participación en los comicios electorales es una manifestación de la voluntad de las personas en contra de sistema de partidos como se encuentra diseñado en la actualidad.
Claro esta que los partido no pretenden, por nada del mundo cambiar el modelo que les ha dado muy buenos resultados, pero si pensaran de manera real en la voluntad de la ciudadanía, se darían cuenta que se necesita un cambio radican en la manera en la que se hace y se vive la política en nuestro país, sobre todo en los altos costos que representa, porque el que sea una democracia cara no la hace precisamente mejor democracia, simplemente sigue siendo una democracia cara.
El que se inviertan grandes cantidades de recursos en la elección no es el mecanismo adecuado para garantizar la eficacia del modelo, simplemente es una falsa justificación para darle dinero a los pocos que terminan siendo los proveedores de servicios de los partidos políticos y los candidatos, y los incontables gastos disfrazados que terminan en unas cuantas manos.
La falta de participación ciudadana no hace otra cosa que encarecer la ya por demás costosa democracia mexicana, pero los partidos nada quieren o pueden hacer contra eso, porque la ciudadanía actúa en pleno ejercicio de sus derechos políticos al no querer acudir a la urna, que debería ser una obligación pero que no lo hace por que no esta conforme con el modelo o sistema de partidos, porque de los candidatos cuyos nombres aparecen en la boleta o no los conoce porque nunca se acercaron a pedir el voto y explicar propuestas o parece que todos están cortados con la misma tijera y difícilmente van a resolver la problemática social que se debe resolver desde el espacio para el cual se están postulando.
Si esta apatía social no es un llamado de atención para que la clase política cambie la forma de hacer política y si el alto costo de la mal llamada democracia mexicana no es un llamado a la ciudadanía para levantar la voz y exigir un cambio real en el sistema de partidos, entonces estaremos condenados a seguir sufriendo la clase política que ahora nos gobierna y a seguir viendo como se despilfarran recursos que perfectamente se pudieran destinar a educación o a becas o a salud o al campo o a un sinnúmero de sectores que realmente lo necesitan.