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Sabino Luevano
La tragedia del estudioso Michael Meade Corleone
El escritor mexicano Yuri Herrera, en una reciente charla en Roma, Italia, sobre literatura mexicana, hizo una declaración que no gustó mucho a los asistentes. Todo viene de Italia, dijo Herrera; la mafia, la religión y el Estado.
Esta aseveración puede marcarnos una ruta para comprender la tragedia del Dr. Meade Kuribreña, candidato del PRI a la presidencia de la república en este 2018. En el gran clásico del cine de gangsters, El Padrino (1972), de Francis Ford Coppola, hay un personaje con inquietantes similitudes al Dr. Meade. Se trata de Michael Corleone, uno de los hijos menores de Don Vito Corloene. Michael era el único hijo del capo que no quería ser parte de la mafia. Era un tipo honesto y sólo quería estudiar, casarse con una mujer anglosajona y ser parte de la cultura estadounidense blanca para salir del gueto siciliano.
Un día, sin embargo, el poder tocó a su puerta. Michael tenía dos opciones; ser fiel a sí mismo o serle fiel a la mafia. La cámara de Coppola maneja los momentos de duda con gran maestría, porque en realidad Michael no es un gangster puro, si es que tal cosa existe, sino un héroe trágico. Al final tomó una decisión ambigua; ser fiel a sí mismo y, provisionalmente, a la mafia, es decir, Michael pensó que, bajo su mando intelectual y moralmente superior, la cosa nostra no sería tan brutal y hasta se podría regenerar y blanquear su capital.
Ya conocemos el final: Michael Corleone termina asesinando a su propio hermano. La sociología que propone la película es muy clara; no importa que tan buenos, que tan inteligentes y astutos sean los individuos, si están rodeados de una estructura perniciosa será muy difícil no obedecer a su gramática. Así la tragedia de Michael Corleone, y así la tragedia del Dr. Meade; no importa que haya hecho su declaración 7 de 7, 20 de 20 o cualquier cosa que se le ocurra: nació en la mafia, tomó una posición en la mafia y ya actúa, en esta primera etapa, como un mafioso bien intencionado. No es que crea que todos los priistas son mafiosos; la estructura es mafiosa, y para los individuos que se jactan, como Michael Corleone, de ser diferentes, sólo les queda hacerse de la vista gorda, como así hizo el Dr. Meade cuando fue secretario de hacienda. Aunque una vez conquistan el poder, según la historia, devienen incluso peores mafiosos, ya que su mentalidad de CEO´s termina por implosionar cualquier límite moral.

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