Sabino Luevano
La clase extractivista
El mes pasado, abril de 2018, López Obrador despotricó contra ciertos empresarios. Dijo que “algunos” de ellos son responsables directos de la debacle nacional. Por supuesto que a los empresarios no les gustó el señalamiento y le contestaron con una carta que publicaron distintos medios y titularon “Así no”. También apareció un video, en youtube, de un supuesto empresario que responde a las “pendejadas” de AMLO
(https://www.youtube.com/watch?v=7kfvNMVCAtk).
No sé si el video es legítimo o la creación de algún partido político, lo cierto es que el supuesto empresario, sin saberlo, tiene todas las características de un neoliberal furibundo a la mexicana. Con este video, en lugar de hacerle un favor a la clase empresarial mexicana, creo que la daña más. En este ensayo analizaré el discurso del empresario como una muestra genuina del neoliberalismo y desconexión de la gente de la casta dorada mexicana.
Por principio, este supuesto empresario, como casi toda la élite empresarial del país, es más blanco que el arroz. En segundo lugar, al parecer es un ferviente seguidor de la doctrina estadounidense del “trickle down economiscs” cuando afirma que son los empresarios, y no la clase obrera, los que pagan impuestos y los que crean riqueza. Las dos aseveraciones son científicamente falsas. Basta tener nociones generales de ciencias sociales para saber que, cualquier fenómeno social, se crea en sociedad. La riqueza no es un evento aislado que dependa de la voluntad de una persona o de una clase social. Para que surja riqueza capitalista tienen que existir condiciones sociales apropiadas. Por principio, es necesario un Estado que proteja la propiedad privada. También son necesarios trabajadores que reúnan las características requeridas para determinadas labores. Así mismo, es necesario un sistema de consumo; alguien tiene que comprar lo que venden los empresarios. Y también un sistema de crédito, en caso de que los empresarios o los consumidores decidan o necesiten endeudarse. También deben existir leyes de bancarrota, y no es un misterio que, en muchos casos, empresas en bancarrota son rescatadas con dinero público por el Estado. Como se puede observar, en realidad la riqueza capitalista se crea en redes. Funciona como las neuronas: necesita un entorno apropiado, más que la voluntad soberana -que no existe- de la clase empresarial. El argumento de muchos empresarios de que son ellos los que crean riqueza, puede fácilmente invertirse: en realidad son los obreros los que crean la riqueza. El empresario podrá replicar: los obreros son sólo ejecutores de una idea. El marxista contraatacará: el empresario es un parásito de los obreros. Y así terminaremos en el impasse del huevo y la gallina. ¿Qué fue primero? ¿Quién, en realidad, crea la riqueza? Como ya pasó de moda el marxismo y la izquierda se ha ido al centro -y a la derecha- no nos queda más que una explicación que no ofenda a ninguna clase social: la riqueza la crean todos. Y todo aquel que piense que los empresarios son los “responsables” de la riqueza en México, es víctima de una ceguera intelectual atroz, lo cual es entendible en la casta dorada, criolla y extractivista mexicana.