PRI del 2018
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
Como siempre, después de la elección, es momento de reflexionar que hicimos bien y que hicimos mal. No se trata simplemente de un ejercicio de cortar cabezas, sino de un verdadero análisis que nos permita valorar que es lo que esta pasando, no solo para los que ganaron, tampoco exclusivo de los que perdieron, debe ser un verdadero ejercicio de reflexión y de crítica.
El gran perdedor a nivel nacional no es el PRI, sino la falta de ideales, la difuminación de los principios que se suponía cada partido debería representar. Estas elecciones, tanto nacionales como locales son, no solo el parteaguas para la tan anhelada transformación del país, sino una llamada urgente a modificar tanto el sistema de partidos a nivel nacional, como el interior de cada uno de los órganos partidarios que lograran conservar su registro, así como el sistema de elecciones, que ya no logra satisfacer las necesidades de un país cambiante, en evolución y que necesita urgentemente una sacudida.
A nivel internacional la correlación de fuerzas esta cambiando, los organismos internacionales y las potencias mundiales están reorganizándose, es una nueva geo-relación, una nueva geo composición, lo que urge a que a nivel nacional logremos una transformación interna acorde a los Rea cómodos internacionales, no podemos quedarnos fuera de la dinámica transformadora pero tampoco debemos perder nuestra individualidad ni nuestra identidad nacional.
Estamos en un momento coyuntural, que nos permita recuperar los años de atraso económico en el que nos encontramos por insertarnos de manera tardía en los movimientos económicos internacionales. No se trata simplemente de un cambio de partido, esperemos que sea la transformación de país que nos prometieron, con la respectiva corresponsabilidad de los demás actores políticos y la ciudadanía.
Al interior de los partidos, el momento de reflexión, autoevaluación y crítica es obligado, al menos al interior del PRI, una elección como la que se acaba de presentar no es precisamente responsabilidad exclusiva del presidente saliente o de los dirigentes del partido a nivel nacional, tiene mucho que ver con la responsabilidad de los gobiernos locales, de los partidos locales, de la falta de dialogo, de la imposición, de la cerrazón a la transformación y de las alianzas malévolas de mantener por mantener el poder, falto de propuestas y de compromiso social.
En Zacatecas este ejercicio es mas que obligado, es necesario, porque las dos últimas dirigencias del partido local deben rendir cuentas a los priistas, porque fueron ellos quienes entregaron el partido a sus propios intereses y no a los intereses de la colectividad, primero del partido y luego de la población zacatecana. Seamos realistas, el PRI actual de los últimos años ha olvidado sus ideales y sus principios. Ha dejado de lado los principios de partido y se ha convertido en una suma de individualidades que buscan su propio beneficio y, aunque no es un mal exclusivo del PRI, todos los partidos, grandes y pequeños tienen las mismas debilidades, los resultados de esta elección obligan al PRI a ser mas serio en su ejercicio reflexivo, retomar sus principios y corregir los errores de manera objetiva, sin apasionamientos ni cegueras provocadas por los egos personales, si eso no pasa, y sin ser ave de mal agüero, los resultados que hoy se recibieron se seguirán recibiendo en subsecuentes procesos.