Los verdaderos dueños del dinero.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
Si usted acude a una sucursal bancaria, la que le guste más o la que le quede mas cerca de su lugar de trabajo o su domicilio y puede disponer del dinero que usted desee sin necesidad de darle explicaciones a nadie sobre las operaciones bancarias y los montos que depositará o extraerá de su cuenta, entonces usted es dueño de su propio dinero.
Desafortunadamente, eso no sucede en México, mucho menos en nuestra entidad, Zacatecas. Basta que llegue el día de quincena para darnos cuenta de lo deficientes y limitados que son los servicios bancarios en la Entidad.
En primer lugar, en pleno 2018, tenemos municipios que no cuentan con un cajero automático, mucho menos pensar que existe una sucursal bancaria, mínimo una sucursal, porque pensar en competencia es pedir demasiado. Esta situación, además de incomoda resulta violatoria a los derechos humanos. Si estimado lector, a los Derechos Humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales o derechos de segunda generación, porque este grupo de derechos incluye la facultad de cada persona de contar con los instrumentos necesarios para lograr tanto su desarrollo económico, como la posibilidad de acceder a un catálogo de ofertas de mercancías o servicios para poder estar en condiciones de elegir el que mas se adapte a nuestras necesidades.
No se trata solamente de que existe un cajero automático por cada diez mil habitantes, sino de que cada habitante tenga a su alcance un abanico de posibilidades de servicios financieros que le den la oportunidad de escoger el que mejor resuelva la problemática del cliente, no escoger la única opción que se presenta, porque es lo que hay.
Por otro lado, la cobertura de cajeros por persona es también limitada, algunos datos refieren que hay 5 cajeros por cada 10,000 habitantes, lo que implica que hay uno por cada casi dos mil habitantes. Lo que significa que no son suficientes y menos en día de quincena.
También es necesario tomar en cuenta que no siempre podemos acudir al banco a disponer de nuestros recursos, porque en el mejor de los casos lo podremos hacer, pero en el peor o no hay dinero, o esa sucursal no maneja la cantidad que queremos retirar o es una operación que no esta disponible en determinadas horas o días, entre otras muchas causas que entorpecen la función de los bancos, entre las reglas que impiden realizar una transacción mayor a 10,000 pesos en sábado o aquella que ordena al cajero a no entregar dinero en efectivo y mejor procurar que el cliente lo deposite en cuenta.
Ante esos escenarios nos podemos cuestionar que es lo que tiene el marco legal e institucional que protege más al prestador del servicio que al Usuario o tal vez seremos los usuarios los que no hemos exigido lo suficiente a los bancos al grado tal que piensan que el servicio que prestan esta bien.
Suena cruel, pero no podemos decir que tenemos el servicio que nos merecemos, porque los mexicanos no merecemos ser tratados como ciudadanos de segunda por los prestadores de servicios bancarios, pero si tenemos el servicio que ellos creen q pueden dar porque no hemos sido capaces de exigir un trato mejor. Finalmente es nuestro dinero el que mantiene su status de privilegio y es gracias a nosotros que ellos tienen el capital que tienen como para que sigan tratándonos como si nos hicieran un favor.
Podría ser un buen momento de exigir a los bancos un servicio financiero y bancario de mejor calidad, que satisfaga no solo las necesidades del banco sino también de los usuarios.