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Legalizar la marihuana.

Por: Jenny González Arenas

Una vez mas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sienta precedentes y marca la agenda legislativa, ahora con el tema del uso lúdico de la marihuana.

Es importante aclarara que los amparos concedidos benefician exclusivamente a quienes los promovieron y que las 5 sentencias en el mismo sentido crean jurisprudencia, lo que permitirá que quienes se amparen por el mismo motivo puedan obtener el mismo resultado, sin embargo, eso no significa que cambie la ley por ese precedente, aunque deberíamos hacer notar que, por enésima ocasión, es el Poder Judicial, quien marca la pauta para una posible reforma legal.

El poder legislativo ha permitido que su agenda se rija por intereses políticos y demagogia, pocas de las veces por un verdadero interés de legislar, se ha sometido el progreso de los derechos humanos a un simple cabildeo de lo que puede atraer mas votos o representar mejores intereses políticos y económicos, aunque eso implique poner en riesgo el avance o la evolución en la protección de algunos derechos.

En anteriores ocasiones, como cuando hablábamos de la sentencia de la Corte Interamericana en el Caso Radilla o Campo Algodonero, se señaló que había sido la Suprema Corte de Justicia la que puso el dedo en la llaga y comenzó a marcar el camino que se debía de seguir en la protección de los Derechos Humanos, ahora en el caso de la marihuana, otra vez se presenta un escenario similar en el que el Poder Judicial sienta precedentes tan importantes que obliga a que el poder legislativo adopte un papel activo y deje de estar calculando las reformas legales en razón de los votos que le puede representar.

Si bien es cierto el poder legislativo es el representante popular, eso no significa que sus decisiones deban estar ligadas a la mayoría o minoría de votos sino al bienestar de la población, y, aunque parezca cuestionable que el uso lúdico de la marihuana pueda estar ligado al bienestar de la población, también es necesario poner en una balanza el riesgo que representa en materia de seguridad o salud pública que su uso siga prohibido así como su aprovechamiento medicinal por su penalización.

En tal sentido, el poder legislativo esta obligado a realizar un análisis a conciencia de cual debe ser el marco legal para que se pueda legalizar la marihuana en nuestro país, puesto que de ello dependerá su correcta utilización, porque si la Suprema Corte ha emitido 5 sentencias en el mismo sentido, eso no significa que esas sentencias logren abarcar de manera plena la problemática, ya que ha quedado fuera en todo momento el mecanismo mediante el cual se adquiere la semilla de la marihuana, lo que genera un vacío jurisprudencial que tendrá que ser llenado, necesariamente, con una reforma legal atinada que garantice que el uso lúdico de la marihuana sea tratado como lo que es, un problema de salud pública y no de criminalización.

Legalizar la marihuana no significa que automáticamente todo mundo comenzará a consumir, tampoco significa que los problemas de delincuencia se vayan a detener, pero si es un primer paso para lograr el equilibrio entre lo que algunos miembros de la sociedad quieren consumir, bajo un marco legal de tolerancia y respeto, pero sobre todo de garantía a la salud de todas las personas, fomentando la cultura del respeto de los consumidores y los no consumidores, con la supervisión del Estado, como pasa con el alcohol o el tabaco.

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