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La Casa de los Perros:

Asesoría a la rusa
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Recién se le entregaron las llaves de La Casa de los Perros a Alejandro Tello Cristerna, publicó un Decreto Gubernativo en el cual se enlistaron una serie de medidas para apoyar un plan de austeridad con el cual se ayudaría a sanear las finanzas, luego de que su antecesor, Miguel Alonso Reyes, según se dijo en ese momento, había dejado al estado casi en la quiebra.

Dicho plan de austeridad, una vez que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones el 1 de julio pasado, se presumió en cuanto foro hubo oportunidad, al grado de señalar que era una de las grandes coincidencias entre ambos personajes.

En dicho Decreto Gubernativo se hablaba claramente, entre otras cosas, de que no se contrataría, por ningún motivo, a ningún asesor externo debido a que en el Gobierno del Estado se contaba con el personal capacitado para llevar a cabo el trabajo. Finalmente, para eso se sostiene millonaria nómina ¿o no?

Sin embargo, hace unos días, llamó la atención de propios y extraños, la presencia de Irina Lotkova, una mujer que, con aires de grandeza, se apersonó en todas y cada una de las dependencias a dar órdenes y criticar la forma en que se lleva a cabo la estrategia de comunicación y manejo de imagen del Gobierno del Estado, pero, en especial, la del gobernador.

La Rusa, como se le conoció en los pasillos de La Casa de los Perros, pero también en los pisos de Ciudad Administrativa, durante el tiempo que duró su trabajo como asesora externa, y por el cual aún se mantiene en secreto el pago por honorarios que recibió, intentó diseñar nuevas campañas de comunicación, las cuales, luego de su partida, quedaron en el olvido.

También se involucró en la transformación de todo el protocolo y la logística en los eventos públicos, luego de que el gobernador se quejara de que eran muy insípidos¸ y además tomó atribuciones hasta en las relaciones públicas de Alejandro Tello, al grado que durante todas las giras viajaba en la camioneta del mandatario y le aconsejaba lo que debía decir, a quién saludar y, también, hasta con quién tenía que comerse unas gorditas.

Las quejas entre los burócratas de inmediato se desbordaron, pues los trabajadores de gobierno alegaron que la única diferencia entre las brillantes ideas de La Rusa, y la labor que se ha desarrollado a lo largo de esta administración era sólo una: la pequeña fortuna que cobró por enseñar lo que ya se venía haciendo.

A Irina Lotkova, a quien nadie le podía tomar fotografías so pena de ser “acusados” con el gobernador, también habría levantado algunas encuestas para sobre la imagen de los políticos en la entidad, teniendo que dar la noticia a Alejandro Tello de que, Verónica Díaz Robles, la próxima superdelegada, se perfiló como la política más poderosa en el estado, incluso por encima del mismo gobernador.

De hecho, la consultora, que tenía su war room justamente en el último piso de La Casa de los Perros, solía tener una enorme fotografía de la ya diputada local con licencia y futura en su escritorio.

Son varios funcionarios los que, tras las observaciones de la asesora, están ahora en la cuerda floja, y son muchas las voces que le piden a Alejandro Tello que haga caso a las recomendaciones, pues de lo contrario, ni lo gastado.

Renuncia

Quien presentó su renuncia como integrante de la Comisión de Selección del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción fue Rodrigo Rodríguez Olvera, quien, dice en el documento entregado, en un acto de congruencia, prefirió separarse del cargo honorario luego de que en la pasada elección fue elegido presidente municipal suplente en Sombrerete.

Y si bien, dicho cargo no interfería en la labor de seleccionador, en congruencia con valores morales prefirió decir adiós. Se debe recordar que Rodríguez Olvera fue elegido para esa encomienda por la LXII Legislatura.

Incertidumbre

El papelón que hizo el pleno del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), encabezado por el zacatecano Francisco Javier Acuña, tras la misteriosa muerte de uno de los comisionados, Carlos Alberto Bonin Erales, luego de que con muy poca transparencia intentaran cubrir el hecho de que había caído de un quinto piso y asegurar que había muerto de un infarto, puso otra vez en tela de duda la viabilidad de dicho instituto.

Ya el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en distintos foros, aseguró que el gasto que implica el funcionamiento de dicho órgano supuestamente autónomo no era acorde a los resultados, de ahí que la idea de desaparecerlo se fortaleció.

De hecho, el columnista Salvador García Soto escribió sobre el hecho de que la bancada mayoritaria de Morena en el Senado ya tiene un proyecto de iniciativa para mandar a volar a los actuales comisionados del INAI y crear dos nuevos organismos: un Instituto de Transparencia, y un organismo de Protección de Datos, cada uno con un titular designado por el jefe del Ejecutivo.

Esta medida por supuesto que repercutiría en todos los estados, de ahí que los tiradores que ya andan asomando la cabeza para ocupar las futuras vacantes en el IZAI deberán pensar dos veces antes de lanzarse a ese ruedo en el que se placea la incertidumbre.

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

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