100 días que parecen años.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
Los primeros 100 días de la administración federal han sido muy turbulentos, muchos cambios, transformaciones que, ojala y no, a la larga traerán consecuencias no muy favorables para nuestro país.
No soy López - obradorista, nunca lo he sido, pero no por eso pretendo desacreditar a diestra y siniestra las acciones de gobierno, aunque tampoco es la intención el favorecer incondicionalmente las acciones de gobierno, simplemente que las medidas deben ser analizadas en su justa proporción y con todas las implicaciones, directas e indirectas que tienen o pueden llegar a tener.
Entre los temas que vale la pena reflexionar encontramos la cancelación de proyectos como el aeropuerto o la realización de encuestas, amañadas, para aprobar otros proyectos que, mas que una encuesta requieren un análisis profundo de viabilidad.
O bien la cancelación de cientos de empleos en el SAT, en guarderías infantiles y en programas de asistencia para mujeres víctimas de violencia, todo bajo la bandera de acabar con la corrupción.
Pero también encontramos medidas de austeridad que pueden ser consideradas como buenas, hasta que las analizamos a profundidad y vemos que se hacen recortes en sectores en los que hay gente que de verdad requieren el recurso, como en los salarios del personal de intendencia.
Cerrar los ductos, cerrar guarderías, cerrar fuentes de empleo, dejar ir talentos al servicio público para que engrosen las filas de la iniciativa privada porque el Estado prefiere pagar bajos salarios para mostrar austeridad en lugar de reconocer el buen trabajo de los servidores públicos.
Y en rubros como el de los partidos políticos no vemos nada de austeridad, dirán ustedes que ya se presentó la propuesta de bajar el presupuesto en un 50 % a los partidos, pero eso no garantiza ni el suelo parejo para competir, ni la mejora regulatoria necesaria para transparentar el uso y destino de esos recursos, porque no pensar, en dar la misma cantidad a todos los partidos para que todos tengan la misma posibilidad de acceder al poder.
La juventud apasionada que apoya incondicionalmente a su presidente, porque les prometió apoyos económicos para financiar sus estudios en lo que consiguen trabajo, como si eso fuera a resolver el problema de falta de independencia en la que ahora se encuentra la juventud. No podemos pensar que dándole dinero directamente a la gente revolveremos problemas estructurales, porque eso es hacernos falsas ilusiones, eso a la larga provoca inflación, déficit y dependencia, cuando lo que debería estar pensando el ejecutivo es en una estrategia real para general eficacia en el manejo y administración de los recursos, estabilidad económica, crecimiento sostenido, capacidad de autogestión y suficiencia económica de la población.
A la larga, ya se ha demostrado que los modelos populistas son insostenibles, y que finalmente el modelo de dominación ideológico genera polarización, por lo que debemos estar atentos a todos los discursos que dividen y generan odio o radicalizan a la sociedad, porque no ayudan en nada a la construcción de ciudadanía, por el contrario, divide y venceras.
Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com