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¿Cuánto más?
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

Por mas que parezca, no me estoy quejando de la cuarentena, porque la salud bien vale la pena el sacrificio, y no es un pensamiento egoísta, porque no es en mi salud en la que estoy pensando, sino en la de las demás personas, que si tienen que salir a la calle porque sus trabajos son necesarios, pero todos aquellos que podemos permanecer en casa no lo hacemos porque creemos que estamos de vacaciones e inconscientemente ponemos en riesgo a todos los que no se pueden quedar en casa y tienen que salir a trabajar.
Mi preocupación va encaminada a cuanto tiempo más tendremos que soportar acciones intransigentes por parte de nuestras autoridades, cuanto más el pueblo tendrá que ser el conejillo de indias de experimentos fallidos para contener la pandemia o de estrategias equivocadas o de decisiones arbitrarias contraria a toda indicación médica.
Y lo digo con conocimiento de causa, cierto es que la justicia no se debe detener o las labores administrativas de algunos niveles de gobierno tampoco, pero ¿porqué tomar decisiones arbitrarias que no solo ponen en riesgo a la población laboral, sino también a las familias y a la población en su conjunto?
No podemos cegarnos en un afán de poder o de control o de obtención de recursos, por el contrario, se debe priorizar el bien común, la salud de toda la población, cuidar a nuestras poblaciones vulnerables y posponer las acciones gubernamentales que se puedan posponer, hasta en tanto sea seguro para la población y para los funcionarios, el salir a la calle con un riesgo disminuido de contagio.
Tal es el caso de las presidencias municipales, que insisten en reactivar labores sin el más mínimo protocolo de salud, bajo el supuesto de que las personas requieren del servicio, se les olvida que los servidores públicos también son personas, y su salud también corre riesgo.
La pregunta obligada es ¿Dónde están los protocolos? Bajo que criterios se disponen a reactivar las actividades, con supervisión o autorización de quien o de que autoridad se han revisado los espacios, la afluencia de personas y las medidas sanitarias para regresar a prestar servicios. ¿cómo pretenden tomar en cuenta los lineamientos establecidos en los decretos federales y estatales para poder evitar que la población vulnerable se presente a trabajar?
Desafortunadamente, a las presidencias municipales se les olvida que tienen espacios poco aptos para afrontar la pandemia, que pueden ser focos de infección, de propagación de virus, por lo limitado de los espacios, la gran cantidad de gente que labora y la gran cantidad de personas que acude a solicitar cualquier servicio.
Estoy de acuerdo en que la función administrativa no se puede suspender, con lo que no estoy de acuerdo en que se haga como si fuera un capricho, poniendo en riesgo a la población.
Primero que adecuen las instalaciones, que cuenten con espacios salubres, que organicen la estrategia para la recepción de personas sin que se hagan aglomeraciones o se saturen los servicios, se organicen de forma adecuada las jornadas de limpieza, los filtros sanitarios y las jornadas de trabajo para la población de riesgo y para la población de no riesgo. Una vez hecho todo eso, entonces y solo entonces, debemos de pensar en reabrir al cien por ciento, las puertas a la ciudadanía.
Más se ha perdido en la guerra, no se les esta pidiendo nada fuera de lo ordinario, simple y sencillamente una estrategia de retorno seguro, cuando tengan eso, entonces, presidentes municipales, hablamos.