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Los mandan a su casa.
Por: Jenny González Arenas.

Todo es cuestión de percepción, dicen algunos, el discurso oficial difiere mucho de la realidad. No se hasta que punto aplica lo del cristal con que lo vean, o la de tener otros datos. Pero las cifras no mienten.
Mucho se ha hablado de lo colapsados de los sistemas de salud de otros países, que el mayor riesgo del covid-19 no era la tasa de mortalidad sino la dificultad para obtener atención médica por la gran cantidad de personas contagiadas que demandarían servicios de salud, lo que colapsaría hospitales, poniendo en grave riesgo a la población.
Ahora se dice que México y sus hospitales no están colapsados, hasta circulan memes diciendo que no se colapsan porque su secreto es que siempre lo han estado, la realidad es que no hay esa saturación de los servicios de salud porque a la gran mayoría de los pacientes covid-19 los mandan a su casa a aislamiento domiciliario y ahora, la gran mayoría de los contagios es por haber tenido contacto con casos positivos.
La lectura puede ser muy sencilla, primero, los mandan a aislamiento domiciliario, precisamente para decir que los sistemas de salud todavía tienen suficiencia de camas, en segundo lugar, implica menos gasto para el Estado porque no los tiene que cuidar, que los cuide la familia. En tercer lugar, los contagios por contacto con caso positivo se derivan de la mala capacitación que se da a las familias para que atiendan a su paciente contagiado.
Si los sistemas de salud no están preparados para atender pacientes covid-19, menos lo están los familiares, lo que incrementa la posibilidad de que los contagios se multipliquen.
El riesgo de que los contagios se sigan multiplicando bajo este esquema es mucho mayor, porque los vecinos, el personal de limpia, las personas en contacto con los familiares incrementan las probabilidades de ser contagiados.
La estrategia del gobierno, de mandar a las personas enfermas de covid-19 a su casa no es la indicada, bajo el esquema de no saturar las clínicas y hospitales, están poniendo en riesgo a mayor número de población.
Hay datos que reflejan que de la totalidad de personas que han fallecido a causa del covid-19, muchas no estaban hospitalizadas, es decir, fallecieron en su casa, lo que es un indicador claro de que la política ha sido mandar a los enfermos a su domicilio a ser cuidados por su familia, en donde, difícilmente tendrán las atenciones y cuidados que tendrían en el centro de salud, así como tampoco podrán acceder a los medicamentos y aparatos médicos que requieren en caso de que su situación se torne grave, puesto que la familia no tiene la capacitación clínica para determinar cual sería el momento para llevarlo al hospital o los cuidados que se deben de tener para que no se contagien mientras cuidan a su paciente.
Si la imagen que pretende dar el gobierno es de suficiencia de servicios médicos, eso se tendría que ver reflejado, no sólo en la disponibilidad de camas hospitalarias o de respiradores, sino en la disminución de los casos y el evitar que los contagios fueran por contacto con caso positivo.
No se trata solamente de tener camas por que si, sino de tenerlas bajo la premisa de que las personas que están en su casa tienen los cuidados adecuados, no necesitan la cama de hospital y la familia no corre riesgo de contagiarse. Mientras eso no suceda, sigue pareciendo un engaño la lectura de la estadística, no es bueno tener tantas camas disponibles, lo bueno sería que estuvieran ocupadas, pero que la gente no se siguiera muriendo ni tampoco se siguiera contagiando.