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¡No a la destrucción del INE, defendamos nuestras instituciones!

María del Mar De Ávila Ibargüengoytia

La democracia en nuestros tiempos exige la construcción de un Estado pleno de derecho, de equilibrios constitucionales, se requieren de organismos autónomos, no solo de visión del gobierno, sino la consideración y participación de todas las expresiones políticas en un ambiente de tolerancia e inclusión. Por eso defender nuestras instituciones, así como los organismos constitucionales autónomos, en este caso como el INE, reviste de la mayor importancia pues está claro la simple manifestación de cientos de miles de ciudadanos han dejado claro su rechazo a la iniciativa presidencial denominada Plan B.

La reforma al INE conocida como Plan B, en su incoherente visión de austeridad, recorta 262 plazas de la estructura de 32 juntas locales, que son las encargadas de actualizar el padrón electoral a nivel regional de expedir las identificaciones y de cuidar los derechos asociados al voto. Reduce su capacidad operativa al cerrar 300 juntas distritales, que son las encargadas, de realizar las elecciones, sustituyéndolas por una oficina de una sola persona, elimina el 84% de los servidores algunos con más de 30 años de experiencia en el servicio Profesional Electoral Nacional.

Es decir, unos mil 500 trabajadores cuyas funciones van desde atender los módulos de registro de ciudadanos y emitir las credenciales para votar, hasta convocar a los funcionarios de casillas a instalar las mismas. Por supuesto que todo esto limitará los objetivos institucionales y tareas electorales, por supuesto que todo esto tendrá un impacto en las actividades sustantivas del INE.

Y concluyen señalando que para las elecciones del próximo año se pueden necesitar aproximadamente unas 160 mil casillas, existiendo la posibilidad de que no se llegarán instalar hasta 5 mil. Claro está que la capacidad de respuesta del organismo quedará extraordinariamente limitada.

Por estas razones decimos firmemente no a la destrucción del INE. No a la destrucción de los institutos locales. No a la destrucción de los tribunales locales. No a la presentación de alinear los órganos electorales a la voluntad del gobierno.

No al autoritarismo. Si a la democracia. Si a un México democrático. Por ello necesitamos levantar la voz e impedir que se despedace al INE y que el gobierno oficialista se apropie de las elecciones. Porque eso es justamente lo que quiere el huésped de palacio nacional.
En su obsesión enfermiza, de controlar todo, pero sobre todo ante el temor que le produce la extraordinaria movilización de la ciudadanía en más de 50 ciudades del país y un zócalo que fue insuficiente para recibir a miles y miles de mexicanos de bien que, están puestos y dispuestos a defender las instituciones que tanto le han costado al pueblo de México.

Por ello es urgente que atendamos el reclamo de la historia que nos convoca a buscar una amplia unidad y de largo alcance, que soporte la lucha jurídica donde en los tribunales no sean vencidos por los intereses mal sanos del patriarca y sus discípulos. Luchemos con la certeza de que los impartidores de la justicia sabrán estar a la altura de su responsabilidad jurídica y patriota.

*Diputada Local