La relevancia de contar con organismos autónomos operantes
Por: Claudia Anaya Mota
Nuestro país ha tenido un largo proceso de transición hacia la democracia, entendida como la derrota al caudillismo y al exacerbado presidencialismo que fomentaba que una sola voluntad, una sola persona, decidiera sobre el futuro de toda una nación. Esta figura decidía sobre todas las esferas de nuestra vida pública, social y también económica; fue gracias a la izquierda que hoy nos gobierna que, a finales de la década de los noventa del siglo XX, el sistema de partidos se diversificó y comenzó una verdadera competencia electoral por la representación ciudadana, no solo en los cargos de representación popular, sino también en las instituciones públicas.
Esta lucha histórica, impulsó un nuevo diseño institucional que se alejó del presidencialismo y dio paso a la ciudadanización a través de nuevos órganos que, encabezados por perfiles altamente especializados, pudieron acotar y reforzar los derechos de los ciudadanos frente a los abusos del poder a través de un diseño legal plasmado en nuestra Constitución que favoreció la obligatoriedad en la rendición de cuentas y en la transparencia. En ello no solo la izquierda, sino el surgimiento de asociaciones civiles, ayudaron a crear las legislaciones que dieron paso a lo que hoy conocemos como “órganos constitucionales autónomos”.
Actualmente existen 9 órganos autónomos en nuestro país que se especializan en diversas áreas que sirven para conocer el desempeño del gobierno y para defender los derechos e intereses de los ciudadanos sobre la actuación de un poder público. Hoy quiero referirme únicamente al INAI.
El INAI es un órgano cuyas misiones esenciales son proteger el derecho que tenemos todas y todos de conocer sobre temas de carácter público enmarcados en la ley en la materia, así como proteger nuestros datos personales. Estas dos misiones no son cosa menor, porque la primera, empodera al ciudadano al brindarle herramientas para acceder a datos fidedignos emanados por la propia autoridad que se cuestiona y evaluar su desempeño, además de conocer si los recursos públicos están siendo manejados de manera eficiente, mientras que la segunda, garantiza el resguardo de nuestra información personal para que no caiga en manos que pudiesen usarlos con otros fines de los cuales, no hemos brindado nuestra autorización.
Para que se den una idea, les doy dos ejemplos: gracias al INAI hemos conocido -a través de investigaciones periodísticas- de los contratos con Pemex por 6.7 millones de dólares con las empresas propiedad de Felipa Obrador, prima del Presidente; gracias a una asociación civil que pidió información vía transparencia, pudimos también conocer sobre los contratos de la empresa Backer Hughes -donde colaboraba la nuera del Presidente- con Pemex y la presunta vinculación con la mansión en Houston de uno de los hijos del Presidente Obrador.
Para que el INAI funcione adecuadamente, necesita tener completo su pleno que está conformado por 7 Comisionadas y Comisionados que son designados -previa aprobación- por el Senado de la República. Lo cierto es que desde hace un año, empezamos el procedimiento de renovación de dos espacios que se encontraban vacantes y hasta el pasado 1 de marzo, pudimos destrabar la postura MORENA que dilató los nombramientos y votamos en el pleno a dos perfiles, pero los nombramientos fueron vetados por el Presidente el pasado 16 de marzo; luego entonces, las y los senadores tenemos el compromiso de acelerar el proceso para no poner en riesgo al INAI, ya que el próximo 1 de abril, los comisionados tendrán que sesionar, y si no se logra el consenso, no podrían hacerlo con 4 integrantes, porque justo en esa fecha, termina su responsabilidad un comisionado, es decir, habría un nuevo espacio vacante para sumar un tercero a los dos espacios que quedaron vacantes.
Convencida de que la transparencia y la rendición de cuentas es una obligación de quienes desempeñamos un cargo público, les reitero mi compromiso para impulsar y fortalecer la presencia de los órganos autónomos en nuestra democracia. Los necesitamos para vencer la corrupción y la opacidad desde la institucionalidad y la legalidad, no desde el rumor y el descrédito sin sustento.
*Senadora de la República.