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LA VIOLENCIA ÁCIDA Y SUS EFECTOS

Isadora Santibañez

Las mujeres han sufrido un sin número de violencias a lo largo de la historia, desde la segregación, la invisibilización, el maltrato psicológico, físico y verbal, así como otros agravantes relacionados a un sistema patriarcal que no solo minimiza el papel de este género ante la sociedad, sino que también normaliza las agresiones y los diversos tipos de violencia en su contra.

De los múltiples tipos de violencia a los que me he referido a lo largo de diversos artículos de opinión, el de la violencia ácida me parece uno de los más predeterminados, ya que se produce a modo de castigo o venganza, pretendiendo causar un daño permanente en la víctima y desfigurar o lesionar gravemente a quien lo sufre.

Este tipo de violencia, además de ser generada de manera consciente y con alevosía, en la mayoría de los casos, afecta la salud física y mental de la víctima, e incluso puede ponerla en riesgo mortal, ya que a la persona le cambia de manera radical su apariencia y hasta la vida, lo que le provoca consecuencias psicológicas graves que la pueden llevar a generar una inestabilidad irreparable en su desarrollo social y profesional, perdiendo incluso su trabajo y siendo señalada y rechazada dentro del entorno social.

En México, un aproximado de 50 casos por año son relacionado a ataques con ácido, de los cuales 90% son provocados contra mujeres, comúnmente por sus parejas o ex parejas sentimentales, lo que nos lleva a reflexionar respecto a la necesidad que se tiene de legislar en esta materia y generar las condiciones necesarias para dar un acompañamiento preciso a las víctimas, sin causar una revictimización de las mismas.

Así mismo, es de suma importancia generar políticas públicas que permitan minimizar de manera gratuita el daño causado a las sobrevivientes con cirugías de reconstrucción, tratamientos médicos y terapias psicológicas, ya que hasta el momento, no cuentan con ningún tipo de apoyo que les permita llevar a cabo un tratamiento adecuado, lo que las obliga a pedir incluso apoyos económicos en forma de dádivas, mermando también su desarrollo económico.

En la actualidad, se encuentra sobre la mesa la discusión y aprobación de la Iniciativa denominada “Ley Malena”, la cual pretende modificar el tipo penal como tentativa de feminicidio, no sólo como lesiones graves, lo que permite aumentar la pena en un promedio de 26 a 40 años de prisión y con ello garantizar un mayor grado de justicia para las víctimas.

Está iniciativa es denominada así, en honor a la saxofonista María Elena Ríos, quien sufrió un ataque con ácido en el Estado de Oaxaca y que ha buscado de manera incansable mejorar las condiciones de vida de las mujeres víctimas de violencia.

La ley Malena pretende castigar, de manera especifica los ataques con acido u otras sustancias corrosivas, ayudando a reducir la impunidad ante este tipo de ataques.

En nuestro país, el 65% de las mujeres mayores de 15 años, han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida y en términos estadísticos México se considera un país machista y violentador al tener altísimos números de violencia doméstica, por lo que regular de manera especifica los diversos tipos de violencia es indispensable para garantizar el cumplimiento de la Ley de acceso a una vida de violencia para las mujeres.