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Para la delincuencia, abrazos, para las víctimas, ya ni eso

Por Claudia Edith Anaya Mota

Hace una semana el presidente Andrés Manuel López Obrador, visitó nuestro estado como parte de su gira de trabajo por 6 entidades, donde supervisó la puesta en marcha del “Plan IMSS Bienestar” al reinaugurar el Hospital de la Mujer ubicado en Fresnillo.

Lo que nunca estuvo planeado, fueron las manifestaciones y gritos desesperados de nuestros paisanos, quienes desde el inicio de la gira le expresaron sus preocupaciones. Al llegar al aeropuerto de Calera, fue recibido por un grupo de afectados por los créditos Fovissste; en sus pancartas manifestaban que los créditos que habían adquirido se han convertido en una deuda enorme y que ya no pueden costear, otros grupo, encabezado por agricultores quienes a pie o en sus tractores, portaban lonas donde expresaron su rechazo al decreto presidencial que reduce el tiempo de duración de las concesiones de agua para riego agrícola y la cantidad de líquido de que pueden disponer, así como su preocupación por el alza en las tarifas de energía eléctrica.

Los manifestantes no lograron ser escuchados por el presidente, porque la Delegada de los Programas del Bienestar y el titular de la Secretaría de Gobierno de Zacatecas, comprometieron una reunión para abordar estos temas a cambio de que despejaran el camino para que el titular del Poder Ejecutivo Federal llegara a tiempo a la reinauguración del Hospital de la Mujer. Los manifestantes cumplieron. Hago votos porque las autoridades estatales no solo los reciban, sino que también haya una ruta de solución para sus preocupaciones.

Previo a la llegada del Presidente López Obrador a Fresnillo, un grupo de familiares de los centenares de personas desaparecidas en Zacatecas intentó también una audiencia para realizar peticiones, manifestar preocupaciones, pero desde su intento para ingresar al Hospital de la Mujer, personal de seguridad y servidores de la nación, trataron de impedirles el paso, pero luego de un ríspido diálogo, los dejaron pasar a minutos previos de iniciar la ceremonia y fueron colocados hasta atrás, muy lejos del templete desde donde el máximo líder político del país, expresó su mensaje.

A través de las redes sociales, pudimos ver diferentes videos que daban cuenta del dolor, de la desesperación, de la ira y la frustración de quienes preguntaban a gritos: “¿Dónde están? ¿Dónde están? Nuestros hijos ¿dónde están?”, a lo que el presidente respondía: “Vamos a seguir trabajando por la seguridad y la paz. Entiendo la desesperación y preocupación que tienen familiares por sus desaparecidos y por sus víctimas, comprendemos muy bien eso", mientras que a coro, los familiares afectados contestaban con enojo y frustración: “No es cierto, no es cierto”.

Al finalizar el acto y pese a los esfuerzos de los familiares de las víctimas de desaparición forzada por acercarse al Presidente de la República, los Servidores de la Nación lograron cerrarles el paso. Solo una persona joven logró burlar el cerco de seguridad -como se ve en un video- y aunque corre con todas sus fuerzas para la alcanzar la camioneta negra que trasladaba al primer mandatario, no lo logra. Ante su frustración, arrojó una piedra sin mayor daño.

Esta es una muestra de la desesperanza, de la decepción de nuestra gente ante el deterioro de nuestra calidad de vida, pero también, muestra el abandono, la insensibilidad gubernamental ante el grave problema de la inseguridad en nuestro estado.

La prioridad de nuestra gente es VIVIR, vivir en paz, porque eso es lo que me manifiestan durante mis giras de trabajo en comunidades y municipios. El resto de los derechos pueden esperar, porque sin tranquilidad, no puede haber progreso.

*Senadora de la República.