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LA RAZÓN DE SER.

Betty Rosas Murillo

Parte de las conmemoraciones del mes de mayo, es el día
dedicado las mujeres que por su naturaleza biológica han decidido procrear hijos. En esta gran número de progenitoras de vida, existe una gama de ellas, en las últimas cuatro décadas se han clasificado de acuerdo a un conjunto de elementos, culturales, políticos, sociales, algunos de ellos son estereotipos adaptados de la interculturalidad occidental, que hemos adaptado como una moda, en nuestra sociedad y rol de madres. Si es cierto que, en los tiempos actuales nos han demostrado las nuevas generaciones que el rol de la madre a evolucionando día con día; la mezcla de culturas y estereotipos sociales han definido a estas progenitoras de diferentes formas. El libro Sagrado por ejemplo en su contexto señala que una buena madre es paciente, entregada, sacrificada, perdona, acompaña, bendice, cuida y es amor. Al analizar este sutil concepto, vemos que la figura materna evolucionó impresionantemente, es pues, difícil mantener este concepto tan comprometedor, a los tiempos modernos, la diversidad de actividades a las que por deber y responsabilidad muchas madres se ven incluidas dentro del campo laboral, la cultura y política, a cuestionado severamente el papel de las mujeres en la maternidad.
Pero qué pasa con las madres que tienen el síndrome de la progenitora toxica, que llegan a la maternidad sin una planeación, y decisión propia, que los factores externos como el aborto y su condena han tomado la decisión por ellas, de ser madres. Que sucede con los hijos de estas mujeres, cuál es su función en la sociedad, como se desempeñan, cuando biológicamente vienen ya con rasgos naturales del síndrome de la progenitora toxica, siendo marcados por este síndrome con un daño ocasionado a los hijos emocional y físicamente.

Lic. en Derecho y maestra de Telesecundaria