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LA INTROMISIÓN PRESIDENCIAL

Por: Arturo Nahle García

Las elecciones presidenciales del 2006 han sido las más competidas en la historia de México, Felipe Calderón obtuvo 14,916,927 votos y López Obrador 14,683,096 (solo 233,831 votos de diferencia).
Obviamente Andrés Manuel las impugnó, pidió su anulación argumentando actos anticipados de campaña del PAN, PRI y Partido Verde; la divulgación de propaganda negativa en su contra, sobre todo aquella de que “es un peligro para México”; la intervención del Consejo Coordinador Empresarial que en su publicidad decía “apostarle a algo distinto es retroceder, defendamos lo que hemos logrado”.
También reclamó que se rebasaron los topes de gastos de campaña, el uso de programas sociales, la intervención de gobernadores y otras autoridades locales, la propaganda de la iglesia que decía “tu familia corre peligro”, la injerencia de extranjeros como el ex presidente de España José María Aznar y Antonio Sola, el uso indebido del padrón electoral, las omisiones y parcialidad del IFE y la FEPADE, la participación de Elba Esther Gordillo y Humberto Moreira a favor de Calderón, también impugnó el PRERP y los cómputos distritales que obligaron al “voto por voto”.
Pero el principal reclamo de López Obrador fue la intervención de Vicente Fox, y es que el presidente todos los días arremetía en su contra: “No se debe cambiar de caballo a la mitad del río. No hay varitas mágicas, eso de los nuevos modelos económicos son solo cuentos chinos. No se debe hacer caso del canto de las sirenas, ni de populistas y demagogos que van a cambiar todo”.
“No se dejen engañar con espejismos, no se necesitan mesías ni iluminados. Eso de bajar la luz y la gasolina solo sirve para quitar el hambre por un día”, entre muchas otras. Fue en ese contexto cuando AMLO le gritó a Fox “ya cállate chachalaca”.
La Sala Superior del Tribunal Electoral resolvió que las declaraciones del Presidente Fox constituyeron un riesgo para la validez de los comicios, que de no haberse reducido por la tregua navideña, el acuerdo de neutralidad y la suspensión de publicidad institucional decretada por la Corte, pudieron haber representado un elemento mayor para considerarlas determinantes en el resultado final.
Pues hoy pasa exactamente lo mismo, no hay día que el presidente no le arrime el caballo a Xóchitl Gálvez. Algunos dicen que en lugar de debilitarla la fortalece, tal vez, pero está dando pauta para que, si no gana Xóchitl, ella como él demande la anulación de la elección presidencial. Pero qué necesidad !

*Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Zacatecas