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¡ALERTA MÉXICO! : EL RÉGIMEN PREPARA UNA CRISIS CONSTITUCIONAL
Beatriz Pagés
López Obrador vive en guerra permanente contra el Poder Judicial. Hace unos días volvió a las andadas. Acusó a ministros, jueces y magistrados de formar parte de una élite corrupta por impedir sus reformas.

Propuso que jueces, ministros, magistrados y también el Fiscal sean electos por voto popular con la obvia intención de que sea su partido, Morena, quien los elija y haga realidad el sueño dorado de todo autócrata: tener al Poder Judicial bajo su control y sometido a sus dictados.

Al fracasar en su intento de prolongar el mandato de Arturo Zaldívar al frente de la Corte, al tener como presidenta del máximo tribunal constitucional a una ministra independiente como Norma Piña y el haber sido invalidado el Plan B de la reforma electoral, echó a perder los planes del presidente para impedir elecciones.

López, sin embargo, no se ha dado por vencido. Prepara el terreno para que el INE y el Tribunal Electoral anulen las elecciones del 2024 en caso de que gane la oposición. Busca crear una crisis constitucional y obligar a la Suprema Corte a que no intervenga para defender el orden legal.

AMLO quiere una Guatemala. Hubo elecciones generales en ese país, pasaron a segunda vuelta dos candidatos, uno de ellos, Bernardo Arévalo adversario declarado del gobierno, la otra Susana Torres, aliada de un mandatario tan autoritario como el que tiene México. ¿Qué sucedió? Que el Tribunal Electoral y el Constitucional- sometidos al gobierno- decidieron no publicar los resultados.

¿La razón? Que la candidata cercana al presidente Alejandro Giammattei interpuso un amparo exigiendo la anulación de las elecciones acusando fraude y la repetición de elecciones.

López Obrador anuncia todos los días desde las mañaneras que no está dispuesto a acatar las ordenes del INE. Viene demostrando que no siente ningún respeto por los consejeros y tampoco por los magistrados del Tribunal Electoral. Y tanto los consejeros como los magistrados- salvo excepciones- se ha visto tibios y manejables.

Es decir, el presidente hace todos los días la crónica anunciada de un golpe electoral. Nos está diciendo que está decidido a descarrilar la sucesión presidencial por las vías que sean necesarias. Lo mismo acusando penalmente a Xóchitl Gálvez que buscando la anulación del método del Frente Amplio y de las mismas corcholatas.

Los aspirantes serían sancionados y ya no podrían volver a competir. López Obrador no perdería nada con la invalidez del procedimiento de Morena. Él-de cualquier forma- impondría al candidato oficial de su partido, lo haría crecer y lograría que Xóchitl Gálvez quedara fuera de la contienda.

Este y otros escenarios están en la mente de quien no está dispuesto a entregar la banda presidencial a un opositor. Calcula el terreno y prepara a los gobernadores de Morena para orquestar un fraude, desconocer elecciones u organizar con sus aliados del crimen una oleada de violencia que impida celebrar comicios.

AMLO quiere una Guatemala y prepara una crisis constitucional.