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LA DEMOCRACIA EN MÉXICO Y SU POSIBLE DECESO

Por: Isadora Santivañez Ríos

En México, el término democracia fue utilizado durante muchos años como una bandera para hacer creer a los ciudadanos que podríamos alcanzar gobiernos representativos y capaces, que cubrieran las necesidades más latentes de las clases vulnerables.
Se dice que la democracia solo puede ser alcanzada con una verdadera y legítima participación ciudadana y a través del respeto de los derechos fundamentales de los gobernados.
Pero también es necesario que las instituciones encargadas de garantizar el correcto funcionamiento del sistema democrático en México, cuenten con la solvencia suficiente para poder realizar un trabajo operativo y de cobertura nacional, por lo que resulta fundamental que institutos como el electoral estén guiados bajo los principios de objetividad, transparencia y profesionalismo.
Y en nuestro país, podemos presumir de un órgano electoral que cuenta con el respaldo ciudadano, que de manera auténtica y natural ha alzado la voz en defensa de esta institución y de continuar con el desarrollo democrático, sin embargo, los procesos electorales que se han vivido en las últimas décadas han dejado mucho que desear.
Ya que si bien, los ciudadanos se involucran en la jornada electoral y el instituto garante de la democracia realiza sus actividades de manera coordinada, la realidad es que la injerencia del ejército mexicano en el cuidado y protección de los ciudadanos y de las urnas, ha marcado una pauta que puede enviar señales de alerta para el próximo proceso electoral en el que se renovará la Presidencia de la República, al ser el sector más favorecido con las macro obras del Presidente Andrés Manuel, así como de algunas de las reglamentaciones jurídicas que ha enviado el ejecutivo a las cámaras.
Es innegable que la Guardia Nacional representa un antes y un después en la participación de la milicia en la sociedad mexicana, por lo que muchos estudiosos enfocan sus esfuerzos en intentar visibilizar la estrategia de Andrés Manuel para procurar mantener en el poder a los cuadros distinguidos de su gobierno de cuarta, como lo es Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, el ejército mexicano, a la fecha tiene la percepción de ser una institución objetiva y de respeto, por lo que podemos desear que su actuar en las próximas elecciones de nuestro país sea el correcto, de ser así y con la certeza de que nuestro órgano electoral puede desarrollar la jornada de manera imparcial, lo único que quedaría a la deriva para garantizar una verdadera democracia será el actuar del gobierno federal así como el involucramiento y participación de los ciudadanos.
Es decir, para mantener un proceso evolutivo de la democracia mexicana de manera positiva, es indispensable que el Gobierno Federal no intervenga en las elecciones, lo cual, en honor a la verdad, es poco probable, ya que como es costumbre en México y bajo la dinámica que ha llevado el gobierno obradorista, los Secretarios de estado, muy probablemente tendrán metidas las manos y los programas sociales, en el proceso electoral, así como el recuso federal para tratar de interferir en los resultados, a través de la amenaza, la sumisión y el condicionamiento.
Así mismo, el ciudadano tiene la necesidad imperante de recibir cualquier tipo de apoyo que les llegue y los procesos electorales son momentos trascendentales para las familias mexicanas de escasos recursos, ya que durante el proceso de campañas, pueden acceder a un gran número de apoyos económicos o en especie, que muy probablemente no reciban durante el resto del año, por lo que su voluntad puede ser fácilmente coaptada y el hambre, la pobreza y la necesidad pueden determinar el rumbo de nuestra nación, obligando a los ciudadanos, a través de la compra de votos a apoyar a algún candidato o candidata en especifico.
Siendo así, nuestra democracia determinaría un proceso de estancamiento en donde el partido en el poder lleve gran ventaja sobre los otros, ya que tiene mayor posibilidad de bajar apoyos y recursos para la compra de voluntades.
Pero si logramos superar todo esto y el ciudadano, a pesar de la intromisión de Gobierno Federal, respalda a un proyecto auténtico y de bases sociales, entonces, sin duda alguna, Xóchitl Gálvez será la próxima Presidenta de México, así que lo que queda hoy para la sociedad es poner en práctica la estrategia que siempre le da la oposición durante los procesos de campaña. Ustedes agarren todo, pero voten por la mejor opción.
Entrenamos qué la democracia mexicana, está en juego y que el estancamiento político, económico y social, basa su vigencia y permanencia en nuestra decisión.