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El presidente que no escucha y parece, que tampoco quiere ver

Por Claudia Edith Anaya Mota

Una injustificable ofensa para todos, ya sea para quienes lo defienden o bien para sus detractores, es que el titular del Poder Ejecutivo Federal responda con un chiste sobre una persona que sólo escucha lo que le conviene, a los cuestionamientos sobre la desaparición de 5 jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, un caso muy mediático, por las brutales imágenes difundidas en redes sociales de las cuales, no es necesario detallar y que encendió de nuevo, la llamada de atención sobre un fenómeno que va en crecimiento en nuestro país: la desaparición forzada de personas.

Más allá de la polémica sobre si el presidente escuchó o no los cuestionamientos, lo cierto es que el Presidente no ve los miles de desaparecidos durante su gobierno, ni tampoco oye el dolor ni la exigencia de justicia de las familias que viven en constante duelo por no encontrarlos, ni vivos, ni muertos.

De acuerdo a la Comisión Nacional de Búsqueda, en lo que va de este sexenio hasta el 19 de julio, en todo el país tenemos a 43 mil 479 personas desaparecidas y/o no localizadas, siendo Zacatecas el octavo estado con más casos, después de Jalisco, Ciudad de México, Estado de México, Michoacán, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz. Todas las entidades tienen entre tres y nueve millones de habitantes, mientras que Zacatecas supera por poco el millón seiscientos mil.

Para que se den una idea de lo que enfrentamos, revisemos las cifras de los años recientes. En 2021, desaparecieron 46 zacatecanos por cada 100 mil habitantes, mientras que para 2022, desaparecieron 30, pero no se equivoquen, esta baja no es buena, porque aún y con ello, nos ubicamos como el segundo y el primer estado con la tasa más alta de desapariciones a nivel nacional.

Estas cifras son inquietantes porque nos estamos posicionando como la entidad federativa donde hay más probabilidades de ser víctimas de desaparición forzada. El rango de edad de las personas no localizadas, está entre los 15 y 40 años, siendo los hombres los principales objetivos, tal como sucede a nivel nacional. En el caso de las mujeres, la tendencia se concentra en las edades de entre 12 y 25 años, lo que hace pensar a los especialistas, que estos casos están asociados a redes de trata y violencia sexual.

A inicios de este año, el gobierno del estado hizo el compromiso de reforzar el Mecanismo Estatal de Búsqueda, reactivando reuniones periódicas con su consejo ciudadano y las familias, pero hay que subrayarlo, las acciones siguen con un enfoque de búsqueda en campo y no en vida, y para rematar, la propia Comisión Local de Búsqueda reconoció públicamente que tan solo el 8% de sus acciones arrojan resultados.
Como podemos darnos cuenta, así como sucede a nivel nacional, en Zacatecas la crisis de desaparición de personas no encuentra respuestas gubernamentales eficientes, reduciendo todo este dolor de las familias a “enfrentamientos entre grupos criminales”. Lo cierto es que “los otros datos” como la reciente desaparición en Fresnillo de Víctor Alejandro Barrón triatleta de 36 años, su sobrino Guillermo Rodríguez Barrón, de 14 años, y Juan Manuel Zamudio Bernal, de 24 años y quien es trabajador de Víctor Alejandro, dan cuenta del fracaso de las políticas públicas para responder a su responsabilidad de prevención.

Como nunca antes, las familias de las personas desaparecidas han decidido salir a las calles para visibilizar su dolor, incluso, fueron a cuestionar al propio Presidente en un acto público que realizó el 15 de abril, aquí, en Zacatecas y aunque no les permitieron un encuentro privado o personal, gritaron desde el fondo del evento: “¿Cuál paz? ¡Aquí ya no hay paz! (...) Queremos saber de nuestros hijos. (...) ¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están”, pero el Presidente y el Gobernador, siguen sin escucharles, sin cambiar su estrategia ni actuar de manera eficaz.

Senadora de la República