Factores de precarización laboral.
Por: Jenny González Arenas
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En fechas recientes, la precarización del empleo parece ser un tema recurrente. Las manifestaciones laborales comienzan a hacerse presentes en la vida cotidiana y en muchos países las organizaciones de trabajadores retoman la fuerza que habían perdido. Todo eso se debe a un posible hartazgo generalizado o a la necesidad de hacer evidente la precariedad del empleo frente al cada vez más demandante mercado laboral.
Existen, a decir de varios expertos, diversos factores que profundizan la precariedad laboral. No se trata sólo de un tema meramente salarial, va más allá.
La falta de seguridad social es un elemento que contribuye a la precarización en el empleo, las y los trabajadores, de cualquier forma de empleo, están en constante exposición a diversos tipos de riesgos y el saber que no se cuenta con ningún tipo de seguridad social que les ampare ante dichos riesgos constituye un elemento de estrés laboral y, por ende, a la precarización en el empleo.
Así también la falta de formalización en el empleo, la no existencia de un contrato es también causa de la precariedad laboral, incluso la contratación por tiempo definido o por obra determinada es un factor que profundiza la precarización laboral, puesto que la incertidumbre se vuelve parte de la cotidianeidad de la vida del trabajador.
El salario es otro elemento fundamental, que puede ser la diferencia entre la satisfacción y la precariedad laborales. Si bien es cierto, los incrementos salariales no son un factor determinante y, mucho menos permanente en la felicidad de las y los trabajadores, también es cierto que se requiere de un ingreso, no sólo fijo, sino suficiente para la satisfacción de las necesidades básicas de la persona trabajadora y de su familia, por lo que la suficiencia salarial es un elemento importante.
Si hacemos una autoevaluación de nuestra situación laboral particular, tomando en consideración los elementos que se plantean en líneas anteriores, podremos analizar de una manera muy general si nuestra situación laboral puede ser considerada como precaria.
La incertidumbre sobre la jubilación ya sea porque el sistema de pensiones y jubilaciones al que se accede ofrece un panorama complejo o porque al no tener seguridad social no se tiene la posibilidad de acceder a un sistema de pensión o jubilación, es un factor determinante de estrés y precariedad laboral que se profundiza cuando el patrón genera condiciones de incertidumbre al no pagar la seguridad social de las y los trabajadores.
Cierto es que algunos podrán decir que sería una percepción personal que no necesariamente corresponde a estándares objetivos de medición, sin embargo, la percepción es un mecanismo que nos permite evaluar los niveles de satisfacción o insatisfacción social a partir de los cuales también se deben desarrollar estrategias públicas de atención a dicha problemática.
Nuestro país presenta índices de precarización laboral preocupantes que deben ser atendidos desde una perspectiva multidisciplinaria, puesto que requiere, no solo de un compromiso académico o jurídico, - no es solo estudiar el fenómeno o reformar la ley-, sino que se trata de la inminente necesidad de resolver problemas estructurales que han generado la precarización en el empleo tales como excesivas tasas de impuestos o malas gestiones presupuestales que conllevan la deficiente administración de los recursos y que repercutirá en las condiciones de contratación y salariales tanto en el sector público como en el privado, así como el diseño de mecanismos jurídicos que, lejos de beneficiar a la base trabajadora, han contribuido a la precarización, como las reformas en materia de pensiones y jubilaciones, aunado a la mala gestión de recursos.
La precarización es un tema pendiente y urgente.