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¿Y LOS HUÉRFANOS DE LA PANDEMIA POR COVID-19?

Elizabeth Mauricio González.

COVID-19 dejó huérfanos a miles de niñas y niños. Millones de personas murieron por la pandemia o por las secuelas asociadas a ella. La orfandad es la muerte de uno o ambos padres o cuidadores y puede generar graves consecuencias. Las familias afectadas no estaban preparadas para ayudar a los niños y niñas a superar el trauma que sufrieron cuando su madre, padre o cuidador murió. Aunque ni los adultos no sabemos cómo enfrentarlo.
Hoy en pleno 2023 siguen habiendo más víctimas debido a las secuelas de la pandemia, pues mucha gente sigue muriendo por problemas renales, paros cardiacos fulminantes o incluso “gripes fuertes incurables”. La pérdida de madres, padres o cuidadores causó retrasos en su desarrollo en miles de niñas y niños mexicanos, lo que a su vez supone un mayor riesgo de experimentar problemas de salud mental, violencia física, emocional y sexual, y pobreza familiar. Lamentablemente, también incrementa el riesgo de suicidio, embarazo adolescente, enfermedades infecciosas y enfermedades crónicas. Sin cuidadores, la niñez es particularmente vulnerable. La pérdida de jornadas escolares afectó la educación de cientos de millones de infantes y niños, lo que ha generado un riesgo de trabajo infantil, matrimonio y embarazo precoz y abandono escolar permanente.
The Lancet estimó que 862,365 niñas y niños quedaron en orfandad o habían perdido a una cuidadora o cuidador debido a muerte asociada por COVID-19:
§ 788,704 niñas y niños resultaron huérfanos de una madre, un padre o ambos, y la mayoría perdió a uno de los padres
§ 73,661 perdió al menos una abuela o abuelo con custodia
§ 355,283 perdió al menos una abuela o abuelo con residencia compartido o un pariente mayor.
Los países con el mayor número de niñas y niños en orfandad por Covid 19 son:
Sudáfrica, Perú, Estados Unidos. India, Brasil y México
En México no existe oficialmente un padrón que dé a conocer cuántos niños y niñas, huérfanos, hay a causa de la COVID-19. En algunos estados como la Ciudad de México, se han dado ayuda económica, pero es importante prestar atención y seguir adelante para ayudarles a superar una pérdida traumática y dolorosa.
Los niños han sido ignorados durante esta pandemia y después de ella, ya que no existe una política pública que los priorice, ni mucho menos que garantice ni siquiera su subsistencia con el derecho humano a ser alimentados.
La existencia de niños y niños sin nombres, ignorados por el estado mexicano, desprotegidos y maltratados por descuido, es la inevitable consecuencia que ignora la enorme cantidad de muertes por la pandemia.