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En el último año de gobierno, primero, las obras insignia del Presidente

Por Claudia Anaya Mota

El pasado 8 de septiembre, como integrante de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, recibimos en un acto protocolario el Paquete Económico 2024, que es la suma de las proyecciones económicas y fiscales que el Poder Ejecutivo Federal pone a consideración del Poder Legislativo, para que este lo analice, discuta y apruebe; está compuesto por los Criterios Generales de Política Económica que es una proyección de la economía nacional y es útil para calcular los ingresos del gobierno (fundamentados en la proyección del crecimiento económico, cálculo del índice inflacionario, del déficit público, de la tasa de interés y del precio del barril del petróleo), la iniciativa de Ley de Ingresos (que es aprobada por la Cámara de Diputados y por la Cámara de Senadores) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que es aprobado únicamente por el pleno de la Cámara de Diputados.

En una primera ojeada, la estructura del Paquete Económico del próximo año, no tiene sorpresas, porque no se vislumbra ningún cambio en el que los estados, exceptuando los del sureste donde se llevan a cabo las obras insignias del presidente, se vean beneficiados.

En el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2024, se calcula que el gobierno federal podría disponer de 9.06 billones de pesos, que significa un incremento de 4.3% en comparación con el presupuesto aprobado para este año.

Es un presupuesto que tiene como prioridad, culminar “el legado” del presidente a través del Tren Maya, porque el AIFA y la Refinería de Dos Bocas, hasta el día de hoy, no han dejado un beneficio palpable para el país. A la cuarta transformación, le urge terminar a cualquier costo esta obra y cuando sostengo que es a cualquier costo, resalto que es también a costa de la salud de las y los mexicanos.

Sostengo lo anterior porque el mayor problema que hemos enfrentado, es el deterioro de los servicios de salud y pese a que cada año hay promesas del presidente de que “ahora sí, vamos a tener un sistema de salud como el de Dinamarca”, lo cierto es que la falta de medicamentos, la falta de especialistas, la carencia de insumos, la falta de mantenimiento y de equipo para la atención a la salud, han venido en declive y al menos, presupuestalmente, este 2024 no hay intención de inyectar más recursos para resarcir este rezago y disminuir la preocupación que significa enfrentar una enfermedad con los gastos en el hogar, aunque para el IMSS y el ISSSTE, se proyecta un magro incremento de apenas 10%.

En cambio, para el Tren Maya se proyecta solicitar 120 mil millones de pesos que se sumarán a los 360 mil millones de pesos que se han solicitado hasta la fecha, porque el presidente se comprometió a inaugurar la obra en diciembre próximo, pese a los avances menores al 30% en los tramos 5, 6 y 7.

Con el diseño presupuestal y con la asignación de quiénes son las y los responsables de la ejecución del presupuesto, el presidente deja marcadas sus prioridades personales y no la de todas y todos mexicanos o ¿usted está de acuerdo en que no haya mucho más recursos al sector salud y sí para el Tren Maya?

Senadora de la República