Skip to main content

SHEINBAUM SERÁ CANDIDATA ESPURIA

Beatriz Pagés

Claudia Sheinbaum es hija del fraude. Esta es la segunda vez que gana una candidatura como resultado de un proceso inequitativo y tramposo.

Se hizo Jefa de Gobierno en 2018 perdiendo la encuesta y hoy gana la candidatura a la Presidencia de la República por imposición de López Obrador.

La señala es clara: el Presidente busca reelegirse a través de Sheinbaum; políticamente la más inepta, sin estructura electoral ni luz propia, dependiente de las ideas y decisiones de su jefe político y dispuesta a ser artífice del segundo Maximato que habría en la historia, en caso de llegar al poder.

La encuesta “madre” de Morena le marcó línea a las otras empresas. Las cinco coincidieron no solo en los números sino en la humillación. No sólo había que poner a Marcelo Ebrard a 14 o 15 puntos de distancia de Claudia sino mandar al sótano a Ricardo Monreal, acompañado de Adán Augusto para no despertar sospechas.

El método de Morena tuvo dos finalidades: imponer a la favorita del presidente y también derrotar moralmente a los infidentes, a quienes se han atrevido a rebelarse al autoritarismo presidencial , pero que no han tenido el valor de irse.
Marcelo Ebrard le “comió el mandado” al dirigente de Morena Mario Delgado y al gobernador de Sonora, Alfonso Durazo al adelantar los resultados y exhibir la trampa. Le dio un mazazo a la legitimidad de Sheinbaum y sembró la duda en el corazón de Morena.

Ebrard le apostó a la utilidad política. Siempre supo que no sería él, pero llegó hasta el final del proceso para venderse caro. La pregunta es: ¿A quién busca servirle? ¿Al país, a él mismo o al régimen?

La única vía que hoy tiene para contender por la Presidencia de la República es a través de Movimiento Ciudadano y López Obrador ya aplaudió perversamente esa posibilidad: “Marcelo tiene jale en las clases medias” -dijo-y pondría a Xóchitl Gálvez en tercer lugar. ¿Ese el plan?

¿Por qué escogió AMLO a Claudia? Porque le garantiza la continuidad y el endurecimiento de su proyecto político. Con Sheinbaum los que hoy no están en la cárcel irían a prisión, los adversarios serían llevados a juicio o desterrados, los medios de comunicación críticos serían clausurados, los ministros y jueces independientes serían destituidos.

La persecución y represión que no se atrevió a hacer López Obrador en contra de los enemigos del régimen lo haría Sheinbaum como presidenta. Claudia como candidata de Morena representa no solo la continuidad, sino la instauración de la bota, el bozal y el garrote.

Por ello, el triunfo de la candidata opositora Xóchilt Gálvez en el 24 es hoy un asunto de emergencia nacional. Sólo su victoria podría salvar al país de un desastre.