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M.F. María del Carmen Salinas Flores

Las mujeres trabajamos más y ganamos menos

Las mujeres poco a poco nos hemos abierto camino dentro del sector laboral, recordemos que esto no fue hace muchos años, pues la mayor apertura del mercado laboral para las mujeres sucedió durante la Segunda Guerra Mundial, pues mientras gran parte de los hombres estaban en combate las mujeres remplazaron la fuerza de trabajo.
Si bien el mercado laboral para las mujeres se abrió, esto no fue bajo las mismas condiciones que para los hombres, los sueldos fueron inferiores y se generaron una serie de restricciones para nosotras, como trabajos que implicaban fuerza o que debían desempeñarse por la noche se prohibieron para el género femenino.
Estas restricciones poco a poco se han derogado de las normas jurídicas, sin embargo, existe una práctica común que a pesar de que existe una norma constitucional que establece “a trabajo igual salario igual”, esto no sucede, pues se ha demostrado que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, ya que, a la fecha las personas que tienen un mismo nivel laboral no reciben el mismo trato salarial, sino que hay grandes disparidades.
¿Pero que es la brecha salarial?, es el porcentaje resultante de dividir dos cantidades: la diferencia entre el salario de los hombres y las mujeres, dividida entre el salario de los hombres, esto puede ser más claro con un ejemplo, supongamos que existen dos personas trabajadoras para una empresa, ambas con el mismo puesto, con la misma educación, lo esperado sería que ganarán lo mismo, pero esto no es así, si bien algunas empresas piensan que con nivelar el tabulador se disminuyen las brechas salariales, esto no es cierto.
El salario se compone por otros factores, por lo que nivelar el tabulador es insuficiente, supongamos que existen bonos de puntualidad, para los hombres con una carga doméstica menor es mucho más fácil llegar puntualmente al trabajo, que para una mujer que esta maternando y lactando, es aquí cuando existen pequeñas diferencias, pero que hacen más grande las brechas.
Según el IMCO y el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, con datos del INEGI, una menor brecha de ingresos no refleja mayor equidad en el mercado laboral, pues no solo basta con impulsarse la adecuación salarial, sino que se debe fomentar también que tanto hombres como mujeres tengan las mismas posibilidades de acceder a un trabajo y a las prestaciones laborales como la seguridad social y acceso a la salud.
Es decir, esta brecha salarial también debe enfocarse en las prestaciones a las que se tiene acceso, volvamos con el ejemplo, supongamos que existen vales de despensa como incentivo económico, estos no forman parte del salario que se reporta, si no de una prestación, pero sólo se otorga a aquellas personas que acceden a cursos de capacitación fuera del horario laboral, estas condiciones parecen justas, la persona que logré capacitarse más fuera del horario laboral recibirá mayores prestaciones.
Sin embargo, esto no toma en cuenta las condiciones dispares en las que las mujeres nos integramos al mercado laboral, recordemos la fuerte carga de trabajo de cuidados y en el hogar contamos las mujeres, sin duda, no es lo mismo capacitarse después del horario laboral cuando no se tiene una doble jornada laboral, es aquí donde puede observarse que las mujeres trabajamos más y recibimos menor sueldo.
México tiene una brecha de ingresos del 14%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe 86 pesos; y el 70% de las mujeres gana menos de dos salarios mínimos y pocas de ellas tienen la posibilidad de crecer en su trayectoria profesional.
Estos son los datos duros, este es el motivo por que la Asamblea General de la ONU decidió instituir el 18 de septiembre como el Día Internacional de la Igualdad Salarial, para visibilizar el derecho de trabajadoras y trabajadores a recibir la misma remuneración por un mismo trabajo, por que esto debe ser una realidad para todas las mujeres.

Tesorera del Senado de la República