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¿Te animas a donar?

Bennelly J. Hernández Ruedas

El pasado 26 de septiembre conmemoramos el Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, una fecha que surge con el propósito de incentivar la cultura respecto a este tema, para que cada vez más personas se sumen, brindando la oportunidad a que alguien pueda salvar o mejorar su calidad de vida.
La donación de órganos es considerada como el mayor acto de amor entre los seres humanos, ya que se contribuye a salvar la vida de otro individuo, sin distinción o un interés externo; sino por el simple hecho de ayudar.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes, actualmente se tiene una cifra nacional de 19 mil mexicanos en espera de recibir la donación de algún órgano para seguir viviendo. En algunos casos, las personas llegan a esperar hasta años para obtener su trasplante; muchas veces, pierden la vida en esa lista de espera.
Lamentablemente, la necesidad supera ampliamente a la disponibilidad. Sin embargo, mucho de esto se debe a factores como la falta de información, de cultura; así como a la desconfianza, los mitos y los prejuicios que rodean a la donación, dejando de lado lo más importante, el rescate de vidas humanas.
La donación de órganos se puede realizar en vida o cuando una persona fallece. En el primer caso, el donador debe ser mayor a los 18 años, además de contar con las condiciones médicas aptas, así como legales y administrativas que le permitan llevar a cabo el proceso.
Cuando se trata de una defunción, la donación se puede realizar por la decisión expresa de la persona en vida; o bien, por decisión de la familia que, en muchos casos, esta acción contribuye a sobrellevar el proceso de pérdida, al saber que su ser querido, en su partida está otorgando vida.
Por ello, es importante expresar en vida a nuestros familiares y cercanos, si tenemos la convicción de aportar más tiempo de vida a otros, a través de este noble gesto. Hago la referencia de forma plural, porque debemos saber que, al morir, la donación puede ser multiorgánica, salvando hasta ocho vidas y mejorando hasta 75 más.
Es increíble que, tan solo del cuerpo de una persona, se puede realizar la donación de corneas, riñones, hígado, corazón, pulmones, páncreas e intestino; así como de piel, hueso, ligamentos, tendones, válvulas cardíacas, vasos sanguíneos, entre otros.
Así que, te invito a que promovamos juntos la cultura de la donación de órganos, para crear esta red de solidaridad que salve y brinde esperanza.
Es urgente sensibilizar a la población sobre el valor y relevancia de este regalo de vida; garantizando el respeto a la voluntad de los donantes y de sus familias.
Incluso, desde hace algunos años la Secretaría de Salud ha implementado una Credencial de Donante, para que los interesados manifiesten su deseo de donar, luego de fallecer. Esta puede ser descargada de la página web de dicha dependencia federal, o en el Centro Nacional de Trasplantes.
Convenzámonos que esta acción es el último acto de gratitud a la vida, una parte de ti, persistiendo para favorecer a otra persona. De la misma manera, hagamos eco en nuestros familiares, amigos y conocidos para que también lo hagan; cuantas más personas acepten ser donadoras, un mayor número de vidas tendrán una segunda oportunidad.
No lo olvides, la donación es un acto de amor. Digamos SÍ a la donación de órganos.

*Diputada Federal