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Las campañas electorales anticipadas, desafío para la autoridad electoral

Por: Claudia Anaya Mota

Ya es común ver en el mobiliario de nuestro espacio público una especie de “plaga” conformada por lonas, anuncios espectaculares, pintas en bardas perimetrales de los jardines y parques, carteles que están colgados de puentes peatonales o viviendas de militantes o simpatizantes de un partido, así como otras formas de publicidad electoral, con el nombre y el rostro de quienes aspiran a un cargo de elección popular, ya sea de manera local o federal, es una publicidad que a todas luces, está prohibida por la ley electoral, pero que, de tanto verse y repetirse en el día a día, se ha convertido en algo “normal” y de fondo, somos testigos involuntarios de una constante violación a la normatividad electoral.

La raíz de toda esta distorsión, fue provocada desde Palacio Nacional en su prisa por refrendar la aceptación ciudadana a la figura presidencial, más allá de los resultados de su administración, puesto que desde la decisión de “abrir” a la definición de la candidatura presidencial a 5 aspirantes de MORENA y sus aliados, en un proceso cuya autoría es del propio presidente López Obrador, quien autodefinió como “el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo”, iniciaron las constantes trampas y vueltas a la ley.

Desde la candidatura presidencial hacia el resto de los cargos que se disputarán el próximo año, hay una especie de febrilidad por definir a priori a las y los candidatos, en esta costumbre de MORENA por adelantar los tiempos y que hay que decirlo y reconocerlo, provocaron que dos semanas después de que en el Congreso Nacional de Morena, formalizara la propuesta del Presidente López Obrador para elegir a su candidato presidencial, los partidos de oposición iniciaron su propio proceso interno para no verse en desventaja electoral.

Es inédito que el propio partido en el poder, en este ánimo de “transformación”, está generando desequilibrios que pueden tener consecuencias de ventaja para ellos frente a la ciudadanía, pues mientras ellos promueven y publicitan sus perfiles y partidos que los respaldan, los partidos y los candidatos que sí están respetando el procedimiento y los tiempos definidos plasmados en las leyes de la materia, están siendo aventajados, al menos, en presencia ante los ojos de la ciudadanía.

Ante estos hechos, he observados dos fenómenos: la ciudadanía que entusiasmada, ya apoya uno o varios perfiles y habla como si el proceso de campaña ya hubiese iniciado, visitando los perfiles de la oposición de las que el o ella suponen que serán los contendientes de su favorito y “presume” que su favorito es “el mejor” y otro que, confundido y molesto, reclama que la presencia en territorio de un representante popular, se debe única y exclusivamente a un interés meramente electoral, cuando se trata simple y sencillamente, de una gira de trabajo.
Espero y deseo que esta confusión ciudadana, se clarifique con acciones de la autoridad electoral, con llamados públicos al o los aspirantes a respetar la ley, porque de otra manera, la ciudadanía se hartará de este ambiente electoral adelantado, donde desde ahora, ya “hay ganadores” de la contienda y ello traiga como consecuencia un mayor abstencionismo electoral, porque “ya se sabe quién va a ganar”.
Las acciones adelantadas por parte de las y los aspirantes de MORENA y sus aliados, reitero, son un reto a las autoridades electorales locales y federales de las que espero, haya imparcialidad, autonomía y transparencia en sus decisiones para que, puedan garantizar el “piso parejo” y la equidad en la contienda.
Recordemos que hay normas y reglas muy claras cuya sanción más grave, ha sido el retiro de la candidatura para la o el aspirante cuya constante violación a dichas reglas se haya comprobado que fueron cometidas de una manera sostenida y constante; la muestra fue el proceso electoral 2021, donde fueron retiradas 60 candidaturas de MORENA y la del entonces candidato a la gubernatura del Estado de Guerrero.

*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República