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La paz no se alcanzará en 2024 solo por decretarla

Por: Claudia Anaya Mota

En la cultura hindú, los mantras son palabras que si se repiten una y otra vez, tienen el efecto en la personas de tener momentáneamente, la sensación de paz interior. En días recientes, el Gobierno del Estado decretó este año como “2024, Año de la Paz” como una especie de mantra, pero lo cierto es que para alcanzar la paz social, se necesita mucho más que eso.
Ante el evidente fracaso y las consecuencias que no solo afectan el tejido social sino también económico de Zacatecas, nuestro gobierno decidió que alcanzar la paz, no es una responsabilidad y una obligación exclusiva de las instituciones del estado, sino también, una una tarea que todos debemos asumir y actuar en consecuencia.
En un magno evento donde se convocó a la iglesia, la sociedad civil y empresarios, con grandes ausencias de los representantes del Poder Judicial y del Poder Legislativo que son parte en la conformación del estado zacatecano y donde también fueron excluídos los ciudadanos organizados en los partidos polítcos de oposición, se estableció la llamada “Agenda de paz”, definida como una “invitación a la acción de cada ciudadano” para que juntos, “asumamos el reto de alcanzar la seguridad, no solo de Zacatecas, sino de todo el país”.
Dicha Agenda consiste en que cada uno de nosotros hagamos lo que nos corresponde. Por ejemplo, si una persona es testigo o víctima de un delito, debe denunciarlo ante las autoridades; en nuestros hogares todos debemos promover los valores como la honestidad o la solidaridad para poder así, disuadir la delincuencia. Nada novedoso, en realidad.
Lo inédito habría sido que esta “Agenda por la Paz”, partiera de un diagnóstico objetivo y veraz para reconocer las deficiencias en el de por sí complejo tema de inseguridad, se escucharan las voces de quienes desde el gobierno y el estado, tienen la tarea de atacar o prevenir el delito, de los ministerios públicos y jueces que han enfrentado desde 2018, una disminución en su presupuesto para poder funcionar de manera eficaz, de nuestros policías que enfrentan al crimen organizado sin tener un equipo de protección personal adecuado, de las y los legisladores locales y federales para juntos, fortalecer las normas locales y federales, hacer equipo por Zacatecas, hacer llegar este diagnóstico al titular del Ejecutivo Federal, para que ahora sí, se pudiese resolver la insolvencia presupuestal en las diferentes insittuciones de seguridad y justicia local.
Lamentablemente, esta convocatoria fue unilateral y no corresponde en ningún sentido a la evidente pluralidad que existe en nuestro estado y en el país, donde las visiones construidas desde el poder y con visiones únicas, no son útiles para construir sino para simular, porque este evento, se trata de un hecho mediático más que de un anuncio de una estrategia de gobierno. Quieren hacer parecer que este año, ahoras sí, habrá paz, porque ahora sí se ha decretado y así será irremediablemente y si no se logra, no será responsabilidad del gobierno, sino que “habremos fracasado todos”.
Sin embargo, no podemos soslayar el diagnóstico de la trágica realidad que vivimos. La primera de ellas, es la reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, donde Zacatecas aparece con las dos ciudades con mayor percepción de inseguridad por sus habitantes, la segunda, es el registro de policías asesinados en México que lleva a cabo “Causa en Común”, donde la muerte de 32 policías en 2023, nos ubica como una de las tres entidades con el mayor número de crímenes perpretados contra elementos de seguridad pública y donde nuestra capital tiene también, el mayor número de policías muertos a manos del crimen en todo el estado.
Subrayo: Si desde el Gobierno del Estado no reconoce abiertamente el fracaso de “abrazos, no balazos”, si no se realiza un diagnóstico veraz, objetivo y profesional de las deficiencias que enfrentan todos aquellos participantes en la cadena de justicia y en la garantía de la seguridad y prevención del delito, si no se convoca a la academia, a especialistas, a quienes tienen la responsabilidad y la función de representar los intereses de la ciudadanía en el Congreso del Estado y ante la Federación, difícilmente, podremos diseñar una estrategia eficaz para recuperar la paz.

*Senadora de la República.
*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República