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La democracia depende de la participación ciudadana

Por: Claudia Anaya Mota

El pasado domingo en plazas de más de 120 ciudades de la República Mexicana, entre ellas, Zacatecas, se dieron cita miles de ciudadanos cuya proeza fue salir a las calles bajo la consigna de defender la democracia y reconocer que ésta, reside únicamente en los ciudadanos, no en ningún partido o líder político.

Esta concentración fue convocada por asociaciones y organizaciones ciudadanas que llamaron a defender la división de poderes, a revalorar la importancia de los organismos autónomos y la estructura del Poder Judicial, porque se trata precisamente, de evitar la concentración de poder en una sola persona o partido, de regresar a una época autoritaria que no tiene razón de ser en este nuevo siglo.

Llamó la atención la presentación de un “Decálogo para un voto libre” que consiste en las siguientes demandas: i) Que el Presidente saque las manos de la elección; ii) Que las y los gobernadores dejen de desviar recursos públicos a las campañas electorales; iii) Que se subraye en los medios de comunicación que los programas sociales son un derecho y no un regalo del gobierno; iv) Que el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación trabajen con autonomía y no cedan ante las presiones; v) Que se blinde la elección de los recursos e influencia del crimen organizado; vi) Que los medios de comunicación, tanto públicos como privados, “cubran” de manera equitativa todas las campañas de todos los partidos políticos; vii) Que se detengan las “encuestas falsas”; viii) Que toda la ciudadanía observe el proceso electoral, ix) Que se resalte la relevancia de votar por diputados federales y senadores, ya que serán quienes representen los intereses ciudadanos en el próximo Congreso de la Unión y x) Que los ciudadanía comprenda que este próximo 2 de junio se va a votar “por la defensa de la democracia y la libertad”.

Esta concentración resulta muy positiva, porque muestra que ha crecido el número de personas que están preocupadas por la salud de nuestra democracia y están deseosos de que sus preocupaciones y demandas, sean escuchadas por quien tutela el máximo poder del país, porque hay quienes consideran que, pese a las aseveraciones oficialistas de que “vamos bien”, que “la mayoría de la gente está feliz”, hay quienes viven en carne propia los retrocesos y están ávidos de manifestar su inconformidad de manera pacífica.

Llama la atención la manera en que el Poder Ejecutivo respondió a la concentración: Con un Palacio Nacional lleno de vallas de acero y sin nuestra bandera monumental, este último gesto es, por decir lo menos, una ofensa a las y los asistentes a esta concentración, porque el lábaro patrio es un símbolo de unidad e identidad y no es exclusivo de un grupo o de un gobierno que decide quién sí y quién no merece identificarse como mexicano.

El Presidente no debe seguir menospreciando este llamado, no puede continuar con su mismo discurso de que se trata de “puro corrupto enojado porque le quitaron sus privilegios” porque aunque los descalifica a priori, son familias a las que también él representa, porque el mandato que se dio en las urnas y que lo llevó a la Presidencia, fue para que representara a toda la ciudadanía y no solo a quienes lo apoyan, porque precisamos fortalecer a nuestra nación y no permitir que la polarización y la raja política que han sacado, favorezca a quienes ocupan hoy espacios de poder.

*Senadora de la República.
*Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la República