Consecuencias de la pandemia en la educación superior.
Por: Jenny González Arenas.
Desde el año 2020 derivado de la Pandemia de COVID, se vieron afectados muchos sectores de la economía en todos los países, uno de los sectores que mas ha padecido la afectación es el educativo, incluida la educación superior.
El confinamiento marcó un cambio de paradigma en el modelo de enseñanza – aprendizaje, un cambio que ya se venía anunciando, no había logrado imponerse en nuestro país como un modelo preferente para los estudiantes de educación superior; la educación en línea tiene sus ventajas y desventajas, lo aprendimos por la fuerza en la pandemia.
Está modificación involuntaria en la manera de impartir y recibir educación han tenido repercusiones, tales como las afectaciones en la matricula de las instituciones de educación superior, la modificación de los planes y programas de estudio, el impacto en las formas de contratación docentes incluso en los mecanismos de medición de la productividad.
No resulta ocioso hablar de estos temas, puesto que para poder resolver un problema es preciso entender sus causas, para no sembrar conflictos donde no los hay, o bien, entender en su justa proporción las consecuencias de las medidas encaminadas a solucionar los problemas.
La matricula de aspirantes a ingresar a una institución de educación superior se ha reducido significativa y paulatinamente a partir del confinamiento por pandemia, derivado de varias causas, económicas, sociales, culturales y políticas, entre otras. En países como México, la diferencia económica existente entre las y los estudiantes a nivel medio – superior y superior se disimulaba de alguna manera en el salón de clases, donde se generaba un ambiente de igualdad al menos dentro del aula y, aunque existieran diferencias en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, algunas de ellas se subsanaban con los recursos tecnológicos existentes dentro de las universidades, la pandemia puso de manifiesto esas diferencias y generó condiciones de desigualdad social de acceso a la educación media – superior y superior, provocando con ello la deserción escolar.
Por otro lado, el cambio de dinámica social de la juventud y la capacidad de adaptación a esa nueva dinámica provocó una modificación significativa en las necesidades de esos jóvenes que tradicionalmente ingresaban a las universidades, para muchos de ellos, que se insertaron en el mercado laboral fue difícil compaginar los horarios de trabajo y de escuela, por lo que prefirieron seguir trabajando, otros tantos asumieron como continuada la discriminación por acceso a las TICC's que se siguieron utilizando a pesar del regreso a actividades presenciales, lo que los llevó a decidir no solicitar su ingreso a la Universidad.
Otro fenómeno que se da a partir del confinamiento tiene que ver con la dificultad que enfrenta la juventud para decidir cual carrera estudiar, porque el haber cursado la educación media – superior en casa les impidió conocer a profundidad las oportunidades educativas que tienen, de tal forma que tomar una decisión les resulta complicado, lo que también impacta en los indicadores de ingreso de las universidades, tanto públicas como privadas.
Si a todo lo anterior le agregamos otros factores que influyen en las decisiones de los jóvenes de si matricularse o no en una institución de educación superior como el costo de las universidades, la actualización de los planes y programas de estudio, incluso la capacitación docente, las condiciones de la infraestructura universitaria y la diversificación de oferta educativa, entonces encontramos que las instituciones de educación superior, a partir de la pandemia, enfrentan un problema de matricula que difícilmente les permitirá garantizar los niveles que tenían previo a la pandemia, y es una situación tanto endógena como exógena que se tiene que atender, sin atribuir responsabilidades a quienes no las tienen, puesto que se trata de un problema que se tiene que atender desde la orientación vocacional, las condiciones laborales del personal universitario, la infraestructura y organización administrativa de la propia institución, así como la situación económica de quienes aspiran a inscribirse en una institución de educación superior, el costo de esa educación, la oferta educativa, la competencia y la pertinencia de esa oferta y la gestión de la administración.
Secretaria General del SPAUAZ