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¿Acoso en la UAZ?
Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Claro que se debe promover y respetar la libertad de expresión de las personas, siempre y cuando se respeten los límites establecidos por la ley. Por supuesto que se debe investigar toda denuncia de agresión, acoso o/y hostigamiento sexual dentro y fuera de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Es de suma importancia que se implementen las medidas adecuadas para acabar con todas las conductas que puedan generar violencia contra la mujer, lenguaje y actos de discriminación deben desaparecer de los espacios universitarios, de manera tal que prime, ante todo, el respeto a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria.
Lo que no debe suceder, bajo ninguna circunstancia es que, abusando del poder del micrófono, del anonimato de las redes sociales o la acusación sin pruebas, se denueste, denigre, afirme, acuse o señale a personas por haber cometido tales o cuales faltas, escudándose en el anonimato y si acudir a las instancias adecuadas para dirimir la controversia.
Tal es el caso de las innumerables denuncias “anónimas” que se han recibido y publicado en diversas redes sociales sobre docentes tanto hombres como mujeres por, presuntamente, acosar a sus alumnos y/o compañeros de trabajo.
No defiendo a nadie en particular y tampoco es la intención de estas líneas el santificar o crucificar a nadie. Pero no debemos olvidar que vivimos en un Estado de Derecho, en el que debe imperar el respeto por la ley y las instituciones, antes de convertirnos en verdugos que castigan y señalan sin contar con los elementos de prueba suficientes para hacer tales o cuales acusaciones.
Si bien es cierto que el problema del acoso no es un tema nuevo y que en su momento, ante las autoridades correspondientes, ha habido denuncias que han prosperado, también es cierto que se requiere de eso, de una denuncia ante las autoridades correspondientes para que se pueda tomar cartas en el asunto.
En estos momento en los que las redes sociales divulgan en tiempo real un comentario a cientos o miles de personas, la responsabilidad de lo que ahí se publica es tal que se requiere de un proceso serio de concientización de los usuarios de dichas redes para hacer un uso prudente de estos medios masivos de comunicación.
No se trata de limitar la libertad de expresión de las personas, y tampoco el acceso a la información de la población, pero si esa libertad de expresión daña la imagen de terceros, o si esa información que se difunde no se ha comprobado y existe la posibilidad de que sea falsa, debe haber responsabilidades ulteriores para quienes cometen el error de publicar y difundir información sin comprobar, si esa información propicia datos erróneos o mal informa a la población, además de dañar la imagen de terceras personas.
Los límites a la libertad de expresión están muy claros y es responsabilidad de quien publica el verificar la veracidad de la información que se pretende difundir. Las denuncias anónimas en redes sociales, además de dañar la imagen de una o varias personas provoca que alguien sea juzgado por la población sin conocer la identidad de quien lo acusa y, peor aún, sin poder defenderse ante la autoridad competente.
No demerito ni minimizo las acusaciones, pero si esas personas que se escudan en el anonimato acudieran a las autoridades competentes a presentar su denuncia formal en contra de quienes presuntamente las y los acosaron, entonces se pudiera sancionar efectivamente a las personas responsables.
Las redes sociales no son ni el canal ni la vía adecuada para juzgar a una persona por acoso ni hostigamiento, por ser un espacio en donde solo se acusa sin que se puedan defender y en muchos casos la acusación es anónima, eso violenta el debido proceso y el equilibrio procesal.
La única manera de que los responsables de acoso y hostigamiento sean castigados y juzgados de manera adecuada es acudiendo a las instancias previamente diseñadas por el Estado para dicho fin. Se requiere de valor civil y de compromiso social para presentarse a las autoridades a interponer la denuncia para que este tipo de actos no se sigan repitiendo ni le sucedan a nadie mas al obtener el castigo al culpable.
Denunciar en las redes sociales no evitará que estos actos se sigan repitiendo ni tampoco garantiza que el verdadero responsable sea juzgado, puesto que muchas denuncias se pueden publicar anónimamente en las redes sociales sin ser del todo ciertas.
Es un tema complejo, pero lo mas importante para evitar que este tipo de prácticas se den es la denuncia ante las autoridades correspondientes y se haga la investigación adecuada para castigar al responsable.

Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com