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Entre los propósitos de año nuevo y los hábitos arraigados.
Adriana Bujdud Nassar

Y arrancamos el 2020 con todas las ganas y los buenos propósitos, como cada comienzo de año. Deseándoles antes que nada, que cualquier cosa que se propongan para bien de ustedes y sus semejantes se les realicen con toda la fluidez que nos permita el universo.
Y hablando de nuevos propósitos, o de los que jamás hemos cumplido o de los que se quedaron a medias, ¿Qué tenemos que decir? Esto es algo que siempre hace que se nos mortifique un poco el inicio de una nueva vuelta al sol ya que tenemos la firme idea de hacer cosas que tenemos consideradas, pero ya sea por un pretexto económico, por procrastinar, por hábitos ya establecidos o simplemente no se te da la disciplina, por eso y mas no los llevamos a cabo.
¿Entonces cual será la forma de no quedarnos en el camino o de que se queden en solo una idea?
Primero tengamos muy claro lo básico, ¿a dónde queremos llegar?, ¿cuál es el objetivo o cual es el sueño?; a esto le llamo “visualización”, cuando tienes esto claro, es mucho más fácil comenzar con la tarea, pero sobre todo, nos ayudará a permanecer en la carrera a la meta.
Veamos esto como una serie de escalones o puntos a seguir para lograr el objetivo:
Primer escalón, Aprendizaje: la experiencia nos lleva a reconocer los errores y aciertos de nuestras decisiones, esto ayudará a saber que cursos de acción podemos llevar a cabo como NO hacer algo y atender el cómo SÍ hacer las cosas. Tomemos toda la información que tengamos en mano y hagamos uso de ella. Hagamos de la experiencia nuestra mejor aliada y estemos atentos a todo aquello que nos rodea y que nos otorga enseñanza.
Segundo escalón, Constancia: probablemente es el punto en donde muchos perdemos la flecha o el ánimo. Nos distraemos con los asuntos del día a día y empiezan a salir las excusas del porque no hacemos lo que teníamos planeado. Hay que enfocarse y no perder el punto de a dónde queremos llegar, cuando hacemos esto, lo demás es más fácil de lograr y las cosas se van dando por añadidura. El rodearse de gente positiva, con estructura en sus acciones, te ayudará a permearte de esa actitud y te sentirás más motivado.
Tercer escalón, Sacrificios: no olvidemos que todo trabajo u objetivo planteado va a tener momentos complicados o tropezones en el camino, sin embargo esto no es excusa para desertar de tus sueños, aquí se verá “de que estas hecho” y que tanto tesón tienes. Nuestra inteligencia emocional se verá puesta a prueba en esos momentos de estrés, dolor o de indecisión en lo que nos veamos involucrados. Todo sacrificio se ve recompensado en respuesta a tu ánimo y empuje. No te des por vencido a la primer dificultad que se te presente, cuando superas todo eso, el sabor del éxito será mucho más dulce y placentero.
Cuarto escalón, Disciplina: no hay nada más satisfactorio que ver los resultados en base a tu disciplina y enfoque. El convertirte en una persona disciplinada te va creando hábitos positivos en tu vida y vas relegando los malos o los no positivos, y de esta manera continuarás buscando siempre lo mejor para ti basándote en tu forma de ver la vida y en como la concibes; recuerda que esto que menciono, es básico por que la manera en que te desenvuelves en tu entorno y en como percibes el mundo es lo que va permeando en la gente a tu alrededor.
No hay fórmulas perfectas ni magia para hacer las cosas, lo único que podemos hacer es poner manos a la obra y comenzar, una vez hecho esto ya estarás del otro lado. Sé de los que hacen, de los creadores, de los que sobresalen, de los que trascienden, de los que mueve con el ejemplo, de los que practican lo que predican, de los que se equivocan y aprenden de ello, no pares.
Piénsalo…

Tú amiga:
Adriana Bujdud Nassar