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Por José de Jesús Reyes Ruíz

A riesgo de ser fuertemente criticado y cuestionado, me atrevo a exponer algunas reflexiones sobre los recientes acontecimientos de corte racista que se sucedieron inicialmente en el sur de los Estados Unidos, pero que se extendieron a varios puntos de la geografía de aquel país, nuestro vecino del norte.

Y me referiré sobre todo al joven ya convertido en veterano de guerra a los 25 años -después de haber combatido en Afganistán-, que se apostó en algún edificio de Dallas desde donde disparo causando la muerte de 5 policías norteamericanos blancos (anglosajones) y heridas a 7 más antes de ser ultimado por un robot cargado de explosivos que fue manejado a distancia y que nunca había sido utilizado en una contingencia de este tipo -civil me refiero- sino en guerras contra de otros países.

Poco se ha dicho sobre las motivaciones de este joven -que de ninguna manera puede ser exculpado ni se puede minimizar sus actos - pero pocos comunicadores se han detenido a comentar lo que en estas reflexiones pretendo hacer y ojala esto sirva para entender un poco sus motivaciones a realizar lo que hizo y que resultó en el final de su corta vida.

Muchos lo han comparado con los cientos, tal vez miles de episodios que se viven con tanta frecuencia en la Unión Americana de jóvenes que por muy diversos motivos, casi siempre con profundas alteraciones psicológicas, salen armados hasta los dientes en algún campus universitario, restaurant o en algún centro comercial, y comienzan a disparar en contra de aquellos que no les han hecho nada y que para su mala fortuna están en el momento y en el lugar equivocados, y que finalmente terminan con la victimización del asesino por la policía o en el suicidio de quién quitó la vida a gente inocente y que decide quitarse la propia antes de caer en la mano de la autoridad.

Posterior a estos espectáculos que vemos una y otra vez, escuchamos casi siempre el clamor de aquellas mentalidades de tipo progresista para retomar el discurso en favor de un control de las armas que cualquiera puede adquirir al norte de la frontera, sin ningún tipo de limitante, hasta por internet o en tiendas tan familiares para nosotros como Wall Mart.

Y viene de nueva cuenta el estira y afloja entre conservadores y progresistas, entre demócratas y republicanos, entre Barack Obama y la asociación norteamericana del rifle defendiendo la segunda enmienda constitucional en donde los padres de aquella nación consideraron escribir con letras de oro el derecho de cada ciudadano norteamericano a portar armas.

Pero aquí en este incidente estamos hablando de algo total y absolutamente diferente, el caso de un joven que decide disparar y matar específicamente a policías blancos como una especie de acto de justicia cuando las vías establecidas en la sociedad han resultado ineficaces para conceder la justicia que ellos sienten merecen los cientos tal vez miles de afroamericanos que han caído en actos racistas de la policía norteamericana quienes después argumentan que lo hicieron porque creyeron verlo portando un arma, porque los amenazó con aventarles una piedra, o simple y sencillamente porque los vio de manera inadecuada a su forma de entender, y deciden con toda autoridad terminar la vida como lo hicieron hace apenas unos días con otro de las muchas víctimas que tuvieron la mala suerte de caer en las garras de estos otros criminales que portando uniformes se sienten como el 007 con el derecho a matar.

En este último incidente, eran 6 policías y el detenido solo una persona, desarmado quien fue victimado no con uno sino con 11 balazos procedente de las armas de dos de los policías a quien hacemos referencia.

Los “Riots” manifestaciones violentas, que se suceden en la Unión Americana cuando algo así sucede son cada vez más frecuentes, los recordamos desde el asunto de Rodney King donde gran parte de los Ángeles fue territorio de guerra entre aquellos jóvenes afroamericanos hartos de ser tratados peor que esclavos y las fuerzas del orden, no nos olvidemos que en aquella ocasión el gobierno federal se vio en la necesidad de llamar a la guardia nacional para contener el desorden.

Desde entonces vemos una y otra vez estos levantamientos siempre como consecuencia de un asesinato brutal por parte de la policía, pero sobre todo… sobre todo cuando estos asesinos, me refiero a los policías, son fácilmente exonerados por el aparato de impartición de justicia, y salen libres de culpa frente la mirada asombrada de una sociedad claramente reprimida a quien no le queda otra que protestar de cualquier manera posible, tomando una piedra y arrojándola contra el aparador de una tienda comercial -o algo por el estilo- o confrontando las fuerzas de orden.

Y si a muchos les cuesta trabajo entender el hartazgo social frente al poderoso, la represión de años siempre en contra de unos cuantos, el hecho real de que los beneficios sean siempre hacia el anglosajón, mientras que las cárceles estén repletas de afroamericanos o latinos, que la desigualdad y la falta de oportunidades siempre estén del lado de la gente de color, o de la gente marginada y relegada por su origen o por el color de su piel, frente a quienes siguen siendo mayoría, los llamados WASP (white anglo saxon protestant) es decir personas blancas de origen sajón y protestantes, quienes -no olvidemos-, están a un tris de convertirse en minoría frente a los Latinos (ya la primera minoría) y los afroamericanos (la segunda), que pronto sin duda los desplazarán.

En algún libro que leí hace ya décadas -mi debilitada memoria no recuerda ni el titulo ni el autor-, se exponía con respecto al terrorismo de medio oriente, que tendrían los estudiosos que entender que si alguien más fuerte y más poderoso, pero que además tiene el poder del gobierno en sus manos, te mantiene la bota puesta aplastando tu cabeza sin que puedas hacer nada, no te queda alternativa de tirarle alguna piedra y esconder la mano desde una azotea por cruel y cobarde que esto parezca.

Es lo mismo que cuando un niño sufre el bulling de niños mayores que le critican, le cuestionan, le golpean y se burlan de él todos los días, y a quienes no puede enfrentar por ser más fuertes y mayores, y; o se queda con una represión que le afectara el resto de sus días o se desquita no de frente sino oculto en alguna azotea desde donde le tira algún globo con agua a quien o quienes le han molestado durante años.

No decimos que actos como estos estén justificados, no claro que no, pero al menos tenemos que intentar entender lo que realmente sucede, a los palestinos los despojaron de una tierra que les pertenecía para instalar el estado de Israel por decisión principalmente de Gran Bretaña de manera un tanto más que arbitraria, está decisión los dejó totalmente fuera y durante ya medio siglo son testigos de cómo son despreciados por aquellos que antes de esto también fueron clasificaos como terroristas contra los ingleses.

Ben Gurion, hoy un ídolo padre fundador de Israel era considerado un terrorista que ponía bombas en los hoteles de Tel Aviv tomando la vida de muchos inocentes que fueron - como son hoy en día - clasificados como bajas colaterales, y ahora los palestinos que ven día a día extenderse los asentamientos judíos en tierras que les pertenecieron (Cisjordania por ejemplo), no les queda otra que tratar de dañar en la medida de sus posibilidades a quienes les tienen sometidos, solo que ello lejos de mejorar las cosas, las empeora, porque la ley del talión justifica matar a 10 palestinos por cada judío que cae en esta contienda.

Es claro que este no es el camino, ni mucho menos la evolución a organizaciones terroristas como ISIS o el Estado Islámico que trata de tomar venganza entre otras por el millón de árabes caídos en la guerra de occidente contra Irak, una guerra fincada en mentiras y en los deseos de las grandes compañías norteamericanas y transnacionales de apoderarse del petróleo de aquella nación, solo que en el camino tomaron como daño colateral las vidas de más de un millón de iraquíes y provocaron la devastación en aquel país que trata de renacer de las ruinas que occidente provocó por responsabilidad de Bush y quienes lo apoyaron y por intereses puramente económicos.

El punto es que nadie puede llamarse a sorpresa cuando sabedor del daño que se ha causado a las clases más pobres y marginadas, les ve levantarse con todo, para protestar y muchas veces lo hace de maneras violentas como sería el caso de la CNTE en nuestro país.

Me pregunto qué haríamos cada uno de los que estas líneas leen si perdiéramos un hijo, y después otro por la violencia estúpida que comenzó con Felipe Calderón y que continua hasta nuestros días, y que supiéramos que sus vidas se perdieron como bajas colaterales bajo las balas de la policía y el ejército, y aun así el gobierno para sacarse el problema se le ocurre declarar que es porque también eran delincuentes, cuando sabemos bien que no es así, ¿no reaccionaríamos con violencia ante la impotencia de que se haga justicia y nos devuelvan a La vida a Nuestros Seres Queridos y Cercanos?

El joven de 25 años vio como una y otra vez los policía que matan impunemente a los afroamericanos por cualquier cosa (como el último incidente donde el conductor fue detenido por tener fundida una luz trasera) y cuando por esta razón es masacrado con 11 disparos por que según ellos creyeron verse amenazados, y con la experiencia que estos policías racistas y asesinos matan una y otra vez y SIEMPRE SON ABSUELTOS POR EL SISTEMA JUDICIAL NORTEAMERICANO, entonces al menos entendemos el por qué actuó como actuó y es irremediable pensar:

¿Existe solo un tipo de terroristas?

Queda pendiente la segunda parte de las reflexiones sobre el PRD, pero no pude pasar por alto estas reflexiones que ahora comparto con Ustedes.

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