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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

LA MAREJADA MORENA

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace una semana expresaba en forma más que clara mis predicciones – sin tener seguridades – sobre el triunfo prácticamente imposible de revertir de López Obrador, pero también comentaba mis preocupaciones sobre ese nuevo monstruo de mil cabezas que representa MORENA y que fuera del mismo AMLO – el dueño de la bestia – no parece tener otra guía o liderazgo que esperamos cambie de manos después del triunfo del tabasqueño, ¡por qué así tendría que ser!

Vamos; no es factible que el presidente electo siga mandando sobre el partido que formó y que será sin lugar a dudas el que substituya al PRI convirtiéndose en un nuevo PRI del que tendría que esperarse algo diferente y no que el Presidente de la Republica - electo o en funciones - decida sus caminos.

Andrés Manuel ha sido perseverante porque después de un primer y un segundo intentos fallidos pudo volver a su caminar a lo alto y lo ancho del territorio nacional, y sin lugar a dudas es el mexicano en la historia que más ha recorrido todos los rincones y municipios de este país lo que le ha dado en gran medida la popularidad que ahora tiene y que le permite tener una cómoda ventaja de 20  puntos porcentuales de sus seguidores que se han ido quedando rezagados y prácticamente ya no tienen posibilidades de competir a solo dos semanas de que el proceso de defina en las urnas.

Y claro que eso no es lo que declaran, sino que aún no está definida la contienda, que aún pueden suceder muchas cosas, que el voto de los indecisos será para ellos, que tanto Anaya como Meade podrán acabar con el contrario para posesionarse del segundo lugar y de ahí intentar recuperar el voto antilopesobradorista así como el de los indecisos que aún no se han definido por quien votar.

Y claro que se engañan a sí mismos y pretenden engañar a los demás, porque eso de asegurar que ese voto que no es de los indecisos – que quede claro – sino de aquellos a los que no se les dio la gana de responder  y son definidos por los expertos como la – no respuesta – se dividirán y es prácticamente imposible que vallan a un solo candidato llámese Meade o Anaya, la algunos simplemente no irán a votar, mientras que los que si irán dividirán su voto y los que han estudiado a donde irán a parar ese voto saben que ira también mayoritariamente a las arcas de MORENA aunque los candidatos opositores quieran pensar en convencernos y convencerse a sí mismos que no, que irán a sus respectivas bolsas.

Existen otros que les preocupa que los seguidores de AMLO pudieran en el momento de las elecciones, sentirse ganadores por anticipado y pensar que no tiene ya mucha importancia el ir a votar y preferirán quedarse en casa disfrutando del mundial, pero esto es poco probable, aquellos que simpatizan con la causa del Peje son en su gran mayoría verdaderos fanáticos antisistema y sus actitudes son cuasi religiosas de tal forma que son los primeros que estarán  tocando las puertas de los diferentes puestos electorales por lo que esta preocupación es muy poco probable, no nos olvidemos que la causa MORENA es la responsable en gran medida de que los expertos  pronostiquen una asistencia hasta de un 70% de los ciudadanos empadronados cuando normalmente la asistencia a las casillas es de alrededor del 50%.

Otros piensan –  y no están muy equivocados – que el gobierno federal lanzara un fraude electoral de proporciones inimaginables, pero la realidad es que ya lo habrían iniciado si es que estas fueran sus intenciones, porque fuera de la campaña negra antilopezobradorista, no se ven por ejemplo a las diferentes Secretarias de Estado haciendo campaña en el territorio nacional como por ejemplo lo hicieron durante el proceso viciado  del Estado de México. La respuesta de los expertos es que aquellas elecciones estaban competidas y que había prácticamente un empate técnico entre el PRI MAZO y DELFINA la candidata de MORENA, Ahí había que echar toda la carne al asador, porque pensaron que retener el bastión priista más importante – aunque dejaran Coahuila como fue el pacto con el PAN y con ANAYA – les permitiría entrar a la contienda por la presidencia de la republica con ese bastión y todos los votos que representa. Después comenzaron a medirle el agua a los camotes y fue cuando repensaron el no entregar Coahuila aun y cuando ello representara el comienzo del FIN de sus relaciones con su aliado histórico el PAN y con ese joven antes colaborador de los pinos Ricardo Anaya. Después siguieron observando el proceso electoral y las fallas en su candidato – seudo independiente – que no logro atrapar las simpatías del electorado y – supongo – definieron que poco o nada había que hacer para evitar la debacle, y aunque seguirán en su intención en cuanto al FRAUDE que tienen ya muy ejercitado y acostumbrado al menos para recuperar como diría el dicho de lo perdido lo que aparezca y conservar en la medida de lo posible el mayor número de legisladores que no superara los 75 en San Lázaro o los 30 en la cámara alta y con ello ni siquiera les alcanzara para ser primera minoría y la debacle anunciada se presentara de cualquier manera.

EL VERDADERO DES-PEÑA-DERO

Porque la verdad es que los estudiosos de estos procesos y de los usos y costumbres de nuestro actuar  político o tal vez tendríamos que decir DE SU ACTUAR POLITICO – nos referimos al actuar priista - es claro que con todo y una exhaustiva compra de votos por un lado, falsificación de credenciales de elector, manipulación de los resultados vía manipulación digital estilo Hildebrando, duplicación del voto – aquellos ciudadanos priistas que por ejemplo tienen una doble credencial de elector y que por la mañana votan el Puebla y  por la tarde en Veracruz, el voto desde las tumbas nada tranquilas de los difuntos, los acarreos y demás maravillas mapacheriles, por más esfuerzo que hagan solamente obtendrán entre 5 y 10 millones de votos – que no es poca cosa – es decir alrededor del 5% del porcentaje que de poco o de nada les servirá cuando la diferencia con el puntero está en el orden del 20% . Y aumentando.

Por esta razón López Obrador sabía que un triunfo por un porcentaje menor del 5% no le aseguraría la victoria, que tendría que ser – como seguramente será – un triunfo por más del 10% para que no les quede – nos referimos al PRI y al gobierno federal - de otra que aceptar la derrota.

No somos brujos ni mucho menos, pero una predicción podría ser que AMLO ganara con el 45% de los votos seguidos por Meade – y un fraude monumental que le permitiera acercarse a un 25% es decir entre 5 y 10 puntos porcentuales arriba  de los números que las encuestas le darán cercano al cierre de campañas, pero claro por arriba de Anaya que terminaría con un 20%, El Bronco con el 3% Margarita con todo y su renuncia con un nada despreciable 2% y finalmente un 5% de voto nulo.

Difícilmente veremos algo diferente, y si sucediera entonces la gente pensaría en un engaño de tamaños y dimensiones impensables y entonces sí que se soltaría el tigre del que ha hablado López Obrador y habría un levantamiento que a nadie conviene ni si quiera a los empresarios y mucho menos al gobierno federal. Es por ello que tendríamos que pensar que de alguna forma así lo entienden y han bajado ya las manos y habrían sacado bajo la mesa la bandera blanca en señal de rendición entendiendo que AMLO se ha comprometido a no procesarlos por todo el daño que le han hecho a México.

Muchos esperamos que NO CUMPLA SU PROMESA porque cumpliéndola dejaría de lado el tan necesario combate a la impunidad y el comienzo de un México Justo donde realmente se implante un verdadero Estado de Derecho.

En días recientes veía un programa de televisión donde un grupo de periodistas, la mayoría antilopezobradorista  se reunía con el candidato oficial Meade a quien cuestionaban cual sería el o los caminos para que en dos semanas – o ya solo una semana en el momento en que estas reflexiones salgan a las calles – pudiera darse un resultado - de muchas formas paradójico e inesperado - de un virtual triunfo de Meade, ¿quién se la iba a creer? Que es lo que pasaría con una ciudadanía harta del PRI, del gobierno de Peña Nieto, y de los usos y costumbres de la clase política, ¿Cómo? Era la pregunta poder convencer a la ciudadanía que el resultado pudiera ser legal de alguna manera.

La respuesta del candidato oficial fue de que tendría que irse cambiando la narrativa – así literalmente – es decir que los medios tendrían que comenzar a indicar que a una semana y media,  las cosas comenzaran a cambiar en el sentido que un final como el comentado pudiera ser creíble.

¿Cambiar la narrativa? Quien sería el valiente para hacerlo, porque hacerlo sería mentirle al pueblo sobre una realidad que hoy en día es prácticamente imposible entendiendo que existen las redes sociales, pero además ya pocas empresas podrían ser “comprables” nos referimos a las empresas encuestadoras que esta semana, la penúltima de campaña le dan la ventaja a López Obrador ubicándolo por arriba del 50% de las preferencias, 25 puntos arriba de su más cercano perseguidor y un 92% de posibilidades de triunfo así es que aunque no lo crean

¡Este arroz ya se coció!

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