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NUEVA SECCIÓN: “LA NOTA ESPE-CULERA”

El que lleva agua a su molino… deja seco el del vecino
By Sires return

Literalmente, esto le paso al Contador Jorge Escobedo Armengol, Secretario de Administración quien atraviesa el ahogo por culpa directa -e indirecta- de Víctor Rentería López, Jefe de Oficina del Gobernador, y anteriormente encargado de la Junta Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado. Llámenlo conformismo o ignorancia, pero a pocos meses de toma de protesta, ambos funcionarios creyeron encontrar la fórmula correcta para alcanzar una jubilación tranquila y sin sobresaltos, dándose la tarea de generar una crisis al interior de la Subsecretaría de Adquisiciones que permitió que muchas Dependencias Gubernamentales hicieran sus propias compras -a sabiendas- de las mañas de algunos administrativos, quienes ya habían sido motivo de reprimenda al interior del gabinete.
Víctor Rentería quiso aprovechar las mieles de una Dependencia que durante el sexenio alonsista encabezó, y aprovechó la indiferencia de Escobedo Armengol solicitándole le cediera a la Jefatura del Gobernador la Dirección de Servicios Generales, y no propiamente para mejorar la infraestructura gubernamental, sino porque ésta Dirección es conocida como el paraíso del “robo hormiga”, pues proveedores, amigos de los administrativos y enemigos del pueblo acuerdan sobreprecios en la compra de refacciones, servicios, pinturas, impermeabilizantes, madera y hasta tabla roca, con la opacidad y discrecionalidad que requiere la jefatura para tener una caja chica lejos de la opinión pública.
Como toda mala decisión, está tuvo consecuencias. El último fin de semana de mayo una “presunta falta de mantenimiento” provocó que las aguas pluviales inundaran los archivos de la Secretaría de Administración y la Jefatura del Gobernador, destruyendo oportunamente los expedientes de contrataciones públicas, solicitudes de acceso a la información y recursos humanos del Gobierno, “infortunio”, que ahora le está costando la cabeza al Secretario de Administración, Jorge Escobedo Armengol a pesar de la obviedad de que para aquel fin de semana en Zacatecas no había caído ni una sola gota de lluvia en todo el territorio. Y aunque ningún Notario Público había querido prestarse a la farsa, no falto el comedido que acudió a las oficinas a “dar fe” de lo ocurrido y dejar constancia pública del siniestro, claro, en la más absoluta discreción y solo por si llegara al poder una administración monrealista, argumentando que se trató de un caso fortuito pero oportuno que favoreció la “destrucción por humedad” de los archivos más delicados de la Secretaria de Administración. Pero mientras yo especulo, tu especulas, el especula y vosotros especuláis que fue lo que paso en realidad, esto es una muestra clara de la forma pérfida de cómo operan los servidores públicos del “gobierno diferente”, y de cómo este cambio permitirá el enroque de otro funcionario del cual se ponen en duda sus actos. Tema del cual “espe-cularemos” la próxima semana.