Skip to main content

LA SITUACIÓN EN SUDAMÉRICA
Por: Arturo Nahle G.
La izquierda gobierna Ecuador con Lenín Moreno desde mayo del 2017, pues el mes pasado quitó el subsidio a la gasolina, ello generó un aumento del 123% al precio y las protestas públicas no se hicieron esperar, el gobierno tuvo que dar marcha atrás al gasolinazo.
En Argentina los gobiernos peronistas detentaron el poder desde 1989, el hartazgo generó la alternancia hacia la derecha en el 2015 con Mauricio Macri; pues con Macri se disparó la inflación, la deuda, la devaluación y ello provocó que en las elecciones del pasado 27 de octubre los argentinos decidieran regresar al peronismo con Alberto Fernández, quien tendrá como Vicepresidenta a la ex presidenta Cristina Ferández de Krichner.
Y no le quitemos el ojo a Uruguay, este domingo hubo elecciones presidenciales en segunda vuelta y hay un empate técnico entre el progresista Daniel Martínez (sucesor de José Mujica y Tabaré Vázquez) y el derechista Luis Lacalle.
Y qué decir de Bolivia, en un referéndum realizado en febrero del 2016 los bolivianos le dijeron a Evo Morales que ya no se reeligiera, pues le valió el referéndum, reformó la Constitución, manipuló el Tribunal, se reeligió y obviamente vinieron las protestas públicas; cuando a éstas se sumó el ejército no le quedó mas que renunciar y asilarse en México, pero en Bolivia las revueltas continúan.
En Chile el Presidente Sebastián Piñera aumentó el precio del Metro, vinieron las marchas mutitudinarias, los cacerolazos, la destrucción de 100 estaciones del tren metropolitano, la quema de autobuses y supermercados, etcétera. El gobierno reprimió a los manifestantes con el uso del ejército, incluso decretó toque de queda (lo que no se veía desde el golpe de Estado a Salvador Allende en 1973).
Las protestas en Chile no son solo por el precio del Metro, son también por el aumento al precio de la luz y del gas, por las deficiencias en el sistema de salud pública, por la privatización de servicios básicos, por los bajos salarios, en síntesis, por la injusticia social y económica en un país que en una década su economía ha crecido el 40%.
Y ahora siguieron las protestas en Colombia, el Presidente Iván Duque ha perdido popularidad porque sus gobernados rechazan la reforma al sistema de pensiones, la reforma laboral y tributaria, la privatización de su empresa petrolera, la tremenda corrupción, los bajos salarios de los trabajadores y evidentemente la desigualdad.
Ante este panorama regional y para no ser contagiado, el inefable Presidente de Brasil Jair Bolsonaro ya frenó las reformas económicas que pretendía hacer para encoger al Estado.
De las protestas en Venezuela ni para qué hablar, la crisis económica, social, institucional y política ha generado, entre otras cosas, que 50 países (entre ellos EU, Francia, España y Reino Unido) no reconozcan a Nicolás Maduro como Presidente, sino al asambleísta opositor Juán Antonio Guaidó.
La ola en el cono sur ya llegó a Centroamérica, en Estados Unidos se está enjuiciando por narcotráfico al hermano del Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández Alvarado, los hondureños también han salido a las calles exigiendo la renuncia del Presidente quien no tiene ni un año de haberse reelegido.
Como podemos observar, ni los gobiernos de izquierda ni los de derecha se escapan de la inconformidad ciudadana, ésta se expresa en las urnas como ocurrió en Argentina, Uruguay y Bolivia; pero cuando no hay elecciones la inconformidad se expresa en las calles como en Ecuador, Chile, Colombia, Venezuela y Honduras.
En México la inconformidad contra los gasolinazos, la corrupción y la inseguridad se expresó en las urnas el año pasado; hoy las inconformidades de los mexicanos se expresan fundamentalmente en las redes sociales, pero si la violencia sigue creciendo y la economía decreciendo, que no nos sorprenda ver a la gente tomando las calles, igual que en Sudamérica.