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La UAZ en riesgo.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
Se ha conjurado la huelga una vez mas en la Máxima Casa de Estudios. Muchos dirán que para bien, otros tantos dirán que para mal. La realidad es que no se trata simplemente de si se suspenden actividades académicas o no, ténganlo por que seguro que una huelga no son vacaciones para los docentes que tienen que permanecer 24 horas cuidando las instalaciones de las distintas unidades académicas.
La realidad es que muchas cosas están en juego, desde la viabilidad de la Universidad, hasta las pensiones, jubilaciones y estabilidad en el empleo de los trabajadores y maestros universitarios y, con ello, el futuro de los miles de jóvenes que semestre con semestre acuden a las aulas para formarse en nivel medio y superior así como en las distintas áreas de extensión con las que cuenta la Universidad.
La pregunta es si los que votaron si o no a la huelga o los que no acudieron a votar saben cuales son las consecuencias de sus decisiones o su indiferencia.
Votar a favor o en contra de la huelga ya es un acto de responsabilidad, no solo cívica, también laboral y con la institución, pero acudir a votar obligados por los compadrazgos o presionados por quienes “les dieron el trabajo y se la deben” no es un acto de civilidad, sino una irresponsabilidad. Sería importante recordarles a todos esos docentes que si bien es cierto alguien les abrió la puerta, también es cierto que la permanencia es responsabilidad de cada uno de nosotros. Y si alguien te hace un favor, tampoco debería de cobrarlo en cada votación. ¿dónde queda la libertad de las personas, de los individuos, de tomar sus propias decisiones? ¿o el ayudar es una nueva forma de esclavitud o sometimiento?
Mientras sigamos con la política clientelar, de compromisos políticos, estamos condenando a la Universidad al fracaso, porque no se trata de vender o abrir puestos de trabajo para mantenerse en el poder, debería de tratarse de generar espacios para coincidir, para debatir y para construir proyectos, no para imponer status quo o no salir de la zona de confort.
Todos hemos necesitado la ayuda de alguien en determinado momento y todos hemos ayudado a alguien, pero para construir se necesita trabajar, no cobrar favores.
Nuestra universidad esta en un punto crítico, la coyuntura debería orillarnos a buscar alternativas de viabilidad y no a seguir secuestrados por el grupo en el poder que pretende perpetuarse sin generar condiciones optimas para la continuidad de la Universidad, simplemente buscan su propia continuidad.
Los Universitarios estamos obligados, por formación y por profesión a ser críticos y propositivos, a despertar y salir de nuestra zona de confort y buscar soluciones a largo plazo. Pensemos que ningún universitario tiene aperturada su cuenta individual (aquellos que ingresaron después del 2007) o que la gran mayoría no tenemos nuestros datos actualizados en el ISSSTE, eso pone en riesgo nuestro futuro, nuestra jubilación, incluso nuestros créditos de vivienda, pero eso no parece preocuparnos porque suena tan lejano, parece que lo único que nos preocupa es que caiga la quincena.
No podemos seguir permitiendo que se cobren favores como si fueran cheques al portador, votación por votación, porque así nuestra universidad nunca dejará de ser rehén de quienes la han saqueado y la han llevado a este momento de quiebre estructural.

Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
E-mail: giron705@hotmail.com