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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz
2019 LOS NUEVOS PASOS DE LOPEZ
M8
¡MUJER!

“Si puedes tú con Dios hablar, Pregúntale si yo alguna vez Te he dejado de adorar…”

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

¿Es demasiado tarde? No lo creo, más vale tarde… Pero: Estaremos de acuerdo que honrar a la Mujer – así con mayúsculas, no puede ser cosa de un solo día, ni siquiera de un mes determinado, tiene que ser un discurso – y sobre todo un actuar – permanente al través del tiempo. Reconocer el papel de la Mujer en nuestras vidas, en el mundo, en la cotidianeidad, en la cultura, en la sociedad etc. Es un asunto que tendría que darse en forma continua independientemente de los tiempos particulares en los que nos toque transitar.

No invento si me atrevo a afirmar que hace ya muchas décadas, tres o cuatro – ¿cómo precisarlo? – escribí un texto como una respuesta al feminismo - que más para bien que para mal iniciaba - con respecto al papel que desde mi particularidad representaba la mujer al menos en mi entorno.

Este entorno no fue del todo afortunado de lo que yo quisiera hubiera sido: Tuve una madre que fue determinante en mi formación y que para bien o para mal moldeo en mucho mi carácter y mi forma de pensar, fue una mujer rígida y estricta al menos con sus primeros hijos a los que educo – tengo que aceptarlo – a punta de una violencia física sin precedentes; pero que creo y debo aceptar que nos hiso más bien que mal porque cuando se le canso la mano – y la voluntad – con aquellos que venían detrás, solo provoco que sus personalidades tuvieran – desde mi particular punto de vista – debilidades que los grandes no tuvimos.

Sin embargo al final de sus días demostró fehacientemente su predilección por algunos y su desdeña sobre otros, de mí en lo particular, y eso no tendría por qué extrañarnos, los padres tienen en alguno o algunos de sus hijos a sus predilectos, aquellos de quienes se sienten más orgullosos, y de aquellos más cercanos a sí mismos y cuyo color de piel – en este caso de piel clara – más parecidos a los de ella, mi madre, o bien – como fue mi caso – mas cercanos a mi padre. Pero que se le va a hacer, si no fuimos consentidos, si no lo fui yo en lo particular, ella si fue mi consentida y con todo y sus bemoles supe entender y hasta apreciar aquellos valores que supo inculcarnos y que algunos mantuvimos más que los otros.

También tuve una esposa en un malogrado matrimonio que fracaso hace ya 3 lustros, tuve una familia que mis hijos calificaron como perfecta, pero que distaba en mucho de serlo, sin embargo los cuatro, mi ex esposa, mis dos hijos – una hija y un hijo – seguimos unidos y en constante comunicación y esta familia que durante un cuarto de siglo giro alrededor de la figura de la mujer, la madre, la esposa aquella que al igual que mi madre estructuro a su alrededor la institución familiar toda; permanece ahí con sus virtudes y sus defectos en los que todos tuvimos algo de culpa y claro también algo de mérito.

Pero hoy que escribo sobre el valor de la MUJER así en mayúsculas, no puedo sino centrarme en la tercera generación, aquella encabezada por MI HIJA representante – sin lugar a dudas – del feminismo a ultranza con más valores y con más virtudes que defectos, alguien que se abrió paso en este difícil mundo y en sus circunstancias por méritos propios, una mujer que supo tocar todas las puertas e insistir hasta que esas puertas se le abrieran para buscar la preparación que a futuro pudiera permitirle servir mejor a su comunidad, a su circunstancia.

Primero fue Berkleley donde hiso camino que su hermano pudo seguir tras sus huellas, luego UT en Austin, años y años de maestría y doctorado (Arquitectura primero, Urbanismo después) 4 años en el área de la Bahía de San Francisco, 7 en la ciudad capital de Texas, y ahora en Toronto en su post doctorado y esperando el destino que defina su futuro de todas las puertas que ha tocado y de las que alguna se abrirá para definir su futuro.

Es claro que no puedo ocultar mi gran admiración en ella la MUJER que representa el ideal desde mi perspectiva en la figura de mi HIJA que no se tienta el corazón para decirme mis verdades y señalar mis defectos, y alejarse de ellos pero permanecer siempre cerca preocupada por el bienestar de una familia que ahora gira en su alrededor, sus padres, su hermano, su esposo y tal vez más adelante sus hijos en quienes piensa con una gran reserva por las condiciones de un entorno actual que ella entiende no es el más adecuado para completar una familia.

Pero dejemos de lado la circunstancia que afortunada o – desafortunadamente como se le vea – me ha tocado vivir, decía algunos párrafos antes que hace décadas había escrito algo en relación al movimiento – emergente – en aquellos tiempos de un feminismo que poco ha cambiado a través de las tres o cuatro décadas que siguieron en donde se busca el trato igualitario frente al hombre, y cosas tan importantes como la reducción de la violencia de género que sin dudas es secundaria a los usos y costumbres tan arraigados en todo el mundo secundarios a un machismo que se da en todas partes pero que en nuestro país adquiere tonos que no pueden ser permitidos ni tolerados y que tienen que cambiar, pero que por mala fortuna solo se incrementan sin entender realmente el por qué.

Cada 6 horas una mujer es asesinada por su condición de mujer y ya no se diga que cada 5 minutos una mujer es violentada dentro de su familia, dentro de su entorno laboral o en su entorno social, y lo extraño es que a 3 o 4 décadas del inicio del feminismo estas cifras solo se han incrementado.

Pero cuidado, recién leí como por ejemplo Marta Lamas una de las grandes feministas de estos tiempos, realizo un foro en donde solo invito a hombres para escuchar su opinión sobre el tema, y este foro como algunos otros – con las mismas características – fue severamente criticado y cuestionado por las mujeres quienes se fueron con todo en contra de esta gran mujer a quien nadie puede cuestionar su papel en pro de la mujer en las últimas décadas.

Yo tuve una experiencia similar cuando hace algunos meses asistí a un foro en favor de la mujer en el centro de la ciudad, la convocatoria fue amplia y estaba el lugar lleno, pero solo habíamos dos hombres, al final me permití hacer algunos comentarios en apoyo al movimiento con algunos datos científicos sobre el hecho que la preferencia sexual era básicamente una condición biológica no adquirida lo que nos tendría que llevar a entender mejor el tema de la homosexualidad, y paradójicamente solo recibí el ataque frontal y visceral de dos de las ponentes.

El tema del feminismo es en sí un tema complejo – y delicado - PERO YO TENDRIA QUE COMENZAR POR QUE RECORDARAMOS QUE A TRAVEZ DE LOS TIEMPOS, LA CULTURA – ES DECIR LOS USOS Y COSTUMBRES – TAN IMPORTANTES EN CUALQUIER SOCIEDAD, TRASCIENDEN DE GENERALCION EN GENERACION GRACIAS A LA MUJER, ES DECIR A LA MUJER COMO CENTRO DE LA FAMILIA ALREDEDOR DE LA CUAL GIRAN EL ESPOSO Y LOS HIJOS, Y LOS VALORES ESCENCIALES DEL SER HUMANO SE TRANSMITEN DE GENERACION EN GENERACION – no solo los culturales – A TRAVEZ DE LA MUJER así como también los valores espirituales y mucho más.

SIEMPRE HEMOS SABIDO QUE LA MUJER VALE POR SU SER EN SI, MIENTRAS QUE EL HOMBRE VALE POR SU HACER, EL VALOR POR SU SER EN SI O POR SU HACER SON FENOMENOS DIAMETRALMENTE OPUESTOS EN DONDE EL PRIMERO QUE SE CENTRA EN LA MUJER la gran mayoría de las veces – aunque en sus excepciones pueda ser diferente – es la mujer en quien se centra toda sociedad.

Y en las 3 o 4 últimas décadas nos encontramos con un fenómeno en donde la mujer por decisión propia y en otras ocasiones impulsada por las circunstancias, sale de su entorno privado y busca también tener el valor del hacer, porque quiere hacerlo o porque tiene que hacerlo, en búsqueda del trabajo.

Tendríamos tal vez que simplificar lo que sucede en la segunda mitad del siglo XX y en curso de los actuales tiempos en que la mujer sale del entorno privado y busca y exige – con toda razón – que su actuar fuera de las puertas de su privacidad sea igual y equitativo al actuar del hombre.

O bien es impulsada a salir por la falta de un personaje masculino – como en el caso de la madre soltera – o en la presencia de un hombre que no logre satisfacer totalmente las necesidades materiales de un determinado hogar donde la mujer tenga que salir a enfrentar al mundo y colaborar en búsqueda del sustento.

En estas circunstancias, la mujer conserva ambos, es decir SU VALOR DE SER EN SI al que agrega EL VALOR DE HACER, pero sigue siendo el eje alrededor del cual gira todo lo demás.

Si la familia es el núcleo vital de la sociedad, y la MUJER el núcleo central de la familia, esto nos tendría que dar a entender el valor de la mujer dentro de la sociedad.
Esta historia continuara