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Elizabeth Mauricio González.
MUJER

En el marco del día internacional de la mujer, no puedo dejar pasar este medio para compartir una experiencia encaminada a una reflexión.
Mucho he insistido en el tema de Violencia Política contra las Mujeres, desde que inició el mes de Marzo iniciaron también los festejos del día de la mujer; el gobierno federal, cámara de diputados, cámara de senadores, gobiernos estatales, municipales, institutos, partidos políticos, asociaciones civiles y demás organizan infinidad de eventos y conferencias encaminados a erradicar la violencia contra las mujeres y la igualdad de género.
Les quiero contar que en Agosto del 2016, me encontraba en la escuela de Derecho cuando recibí una llamada de mi madre dónde me informaba que afuera estaba un coche lleno de moscas con la cajuela semiabierta y atorada con un alambre y daba un olor horrible, que ella no se había percatado quien lo había dejado ahí pero que tenía miedo, minutos después recibo una llamada de un “número privado”  a la cual respondí y esta fue la plática:
–Elizabeth ¿eres tú? Cómo estás
– ¿Quién habla?
-Sólo recuerda que no debes hacer de la política una guerra porque en las guerras hay muertos y colgaron.
Debo confesar que en aquel momento jugaron con mi mente como si fuera plastilina  play-do, relacionando lo del coche fuera de mi casa mi cabeza empezó a volverse una maraña, me empecé a confundir, salí apenas a mi coche y alcancé a manejar a la clínica del IMSS que está en la avenida universidad, entre a duras penas me desmallé y no supe nada de mí, cuando desperté sentía cosquilleo en la boca y la mitad de la cara y la trabajadora social me dijo que había sufrido un ataque de estrés, en aquella ocasión sólo recibí apoyo solidario de tres personas que no eran de mi familia, un periodista, una diputada local y una regidora,  di parte a las autoridades municipales pero el coche desapareció.
A la fecha me siguen llegando llamadas de teléfonos desconocidos algunos de ladas de Guerrero, otras veces de Sinaloa, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y cuando llego a contestar las llamadas van encaminadas al mismo tenor;  amenazas políticas, de antemano le pido una disculpa a usted apreciado lector por mostrarle una página desagradable del libro de mi vida personal pero ¿qué más puedes hacer cuando sobrepasan tu esfera política y se meten en tu esfera personal? Prefiero actuar a ser una  de las que no dice nada, muchas veces he denunciado y platicado con mujeres que están en política mi caso, y muchas me han platicado de los suyos, de la manera en que las difaman, de los acosos sexuales, de que les ofrecen cargos públicos a cambio de favores sexuales, y de una infinidad de cosas que atentan contra las mujeres por lo que en teoría debería haber sororidad y entre todas unirnos para evidenciar y enterar de lo que está pasando y que a muchas nos  afecta, unirnos y buscar castigar a esa clase de personas que sólo atentan contra la dignidad de las mujeres en política, pero la mayoría prefieren quedarse calladas, o mejor no meterse porque después “la agarran también contra ellas” y mejor tomar distancia de las violentadas, dejar que las difamen etc.
De nada va servir que las mujeres nos  sigamos presentando a las conferencias, y o que tengamos diplomas, o maestrías o especialidades en género o que seamos activistas a favor de los derechos de la mujer, si no ponemos en práctica la cultura de la sororidad, de nada servirá mientras nos hagamos como que no pasa nada.
La mejor manera de celebrar el día de la mujer es abrir camino a la denuncia, a decir no más, a unirnos y que haya una verdadera soriridad para que las mujeres alcancen una plenitud social y política.

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